“Vamos a hacer de cuenta (que vivimos en) una fantasía de ciencia ficción distópica. El mundo ha sido destruido por una guerra intergaláctica y no quedan seres humanos en la Tierra. Quedan tres seres nada más, que son Rody Suárez, Noelia y Anabel. Tiene que elegir una para continuar la humanidad. La otra va a ser destruida. ¿A cuál de las dos chicas elige?“, les preguntó.
“¿Por qué tendría que ser una mujer? Que continúe con un hombre, es machista esa pregunta”, lo cruzó rápido Barbeito. “No importa, es la ficción”, replicó Gabrielli.
Suárez contestó que seguiría eligiendo a su mujer. “No cumple la consigna y sacó chapa de pollerudo”, lo reprendió el conductor y le hizo la misma pregunta a la senadora kirchnerista, quien eligió a Ramón porque “es más divertido”.
Para los otros dos candidatos cambió la situación hipotética. “Una historia vintage: hacia final del siglo XIX, tu padre te dice que te tenés que casar y te presenta a estas dos candidatas. Pero Ramón, que es vivo, las quiere a las dos, entonces dice ‘una va a ser la oficial y otra mi amante para divertirme’. ¿Cuál de las dos sería la oficial y cuál la amante?”.
Nuevamente la candidata de la Izquierda retrucó: “Qué feo, muy feo”.
Entre risas incómodas, Ramón dijo que seguiría con su mujer. Cuando el conductor le hizo la misma pregunta a Noelia Barbeito, ella se negó a contestar: “Ya le dije desde el principio que me parece muy machista”. “No es una cuestión de género”, le agregó. “Bueno pero uno mantiene una coherencia también en la vida privada. Ni en los chistes…”, siguió Barbeito. “O sea que ni Suárez ni Ramón”, cerró la discusión el periodista.
El video se viralizó en las redes y generó fuertes críticas. La colectiva de Comunicadoras Feministas de Mendoza, integrada por más de 200 trabajadoras de la comunicación de la provincia emitió un comunicado de rechazo.
“Consideramos que los dichos y las preguntas del periodista cosifican y estereotipan a las candidatas, ejerciendo violencia de género simbólica, tipificada en la Ley Nacional Nº 26.485. Se define como aquella que “a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad”, señalaron.