Enojo en el entorno del jefe comunal y pase de facturas el día del cierre de campaña
El intendente de Huillapima Omar Soria que va por su re-reelección, luego que habría estado aspirando a un lugar como diputado provincial y no fue tenido en cuenta, se vio envuelto en llamas por dentro, cuando culminó la famosa caravana cierre de campaña, la misma partió desde el Barrio Ongolí de Nueva Coneta, con destino plaza central de esa localidad donde se concentrarían en un supuesto “Gran Acto de acompañamiento”, aunque los litros y litros de combustible se repartieron para motos y diversos vehículos, la gente no fue la misma cantidad que en el 2015, cuando su reelección superó los 2000 votos.
A diferencia del 2017 en las legislativas su candidato a senador Ricardo Quinteros con todo el aparato del municipio a disposición, apenas por menos de 200 votos supera al ex senador Hugo Corpacci, teniendo en cuenta que había ganado el candidato de Soria, no advirtió la gran cantidad de votos perdidos del 2015 al 2017, casi 1800 menos. Con pueblos descuidados y falta de gestión el jefe comunal comenzó a negociar y si era posible con el mismo diablo.
Omar se compró el Buzón?
En su afán de perpetrarse en el poder Soria comienza a negociar hasta con el mismísimo Diablo, al extremo que retoma las negociaciones con su antiguo rival Miguel Miky Romero, un emblema de la corrupción Capayense denunciador constante y presentador de informes en contra de Omar Soria en sus 12 años como concejal, del que publicaremos un resúmen completo mas adelante, también el jefe comunal tuvo que “comerse el sapo”, de quien estubo encabezando otra interna, nada mas ni nada menos que el famoso Prof. Luis Alberto Chanampa, que en alguna encuesta dibujada o no aparecía como posible candidato a intendente de Huillapima, pero el ofrecimiento de Soria sería mas ambisioso que los beneficios adquiridos cuando éste era la uña encarnada de Hugo Corpacci.
“Ahora es compañero Soria”?
Y luego negoció con el mismo Diablo, Juan Gutierrez un radical al que los negociados con Soria los habría unido mas, pero ante aquel fallido acopio de mercadería de Desarrollo social de la Nación en un terreno municipal, los puso bajo la lupa por que nadie se hizo cargo sino todo lo contrario, cada cual se lavó las manos y trató de despegarse de la situación, hecho este que no quedó muy claro y pasó al cajón oscuro de la justicia catamarqueña.
Al final del acto cierre de campaña, Soria se habría reunido con los “vendedores de espejitos” y el pase de factura habría sido importante, teniendo en cuenta que no veía un crecimiento en la militancia, muy por el contrario la gran baja habría ocacionado que sobrara una gran cantidad de embutidos (chorizos), que se había destinado para ese evento.
El domingo venidero 11 de agosto será la revelación de la verdad y destino de Huillapima y su gente.