De hospitales públicos a Instagram: la ginecóloga de la UBA que concientiza sin eufemismos

Una foto suya en ropa interior de algodón -para contar que ese material ahorra molestias-, otra mostrando la más absoluta realidad de la copa menstrual, alguna con un ovario al natural en la mano -sí, el órgano, nada del modelo didáctico de las clases arcaicas de anatomía- o con fotos de distintas vulvas. Con una luz cuidada, pero sin la estética de filtros exagerados que reina en Instagram.

Con esa impronta, Melisa Pereyra, la creadora de la cuenta @gineconline, superó los 260.000 seguidores en las redes y se convirtió en una militante, online y off line, del autoconocimiento del cuerpo, de los chequeos y estudios que sí o sí la mujer debe hacerse -determinados según cada etapa-, los cuidados indispensables, las oscilaciones de humor que determinan las hormonas, entre otros temas.

Melisa Pereyra hace dos años abrió su cuenta @ginecoonline, de salud femenina, y se contiviró en una referente (Foto: Guillermo Rodriguez Adami).

Melisa Pereyra hace dos años abrió su cuenta @ginecoonline, de salud femenina, y se contiviró en una referente (Foto: Guillermo Rodriguez Adami).

Además, en junio pasado, después de la tremenda frase de Amalia Granata con respecto al aborto (“Lo van a tener que seguir haciendo en la clandestinidad”), Melisa escribió una carta que se hizo viral, invitándola a conocer la realidad de los hospitales públicos.

En junio, Melisa "invitó" a Granata a conocer la realidad de los hospitales.

En junio, Melisa “invitó” a Granata a conocer la realidad de los hospitales.

¿Cómo fue que Melisa sumó la atención a su cuenta de Instagram a su combo de horas en el consultorio/ un posgrado en fertilidad/ dos hijos muy chicos y demás cuestiones de la vida misma?

Su segundo posparto fue el puntapié. “Cuando nació mi nene más chico -tengo a Belén, de 4 años, y a Francesco, de 2- me tomé dos meses de licencia. Descargué Instagram en el teléfono y empecé a seguir cuentas de maternidad, nutrición, moda. En ese momento pensé: por qué no armo un perfil para hablar de salud femenina. ¡Tenía sed de ginecología! Así largué”, cuenta a Entremujeres Clarín.

La experiencia todavía cercana de la residencia entre el Hospital César Milstein, de Pami, y el Santojanni, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, las consultas en su propio consultorio o las preguntas de su mamá y sus amigas también le sirvieron de impulso.

“Siempre estuve muy conectada con lo que tienen que saber las mujeres sobre sus procesos fisiológicos. Tengo en cuenta que a mí me llevó diez años aprenderlo. Pero al mismo tiempo son temas que deberían enseñarse en la escuela. O que las madres tendrían que transmitirlos, aunque tal vez ellas tampoco lo sepan”, dice en la charla, organizada en un hueco en su rutina larguísima, que también incluye la preparación de un libro que tiene fecha de salida, y que la lleva a pensar sus posteos en el camino de vuelta a su casa o en los cinco minutos que tarda en tender la ropa.

Para derribar estas cuestiones, hubo una etapa en que en su consultorio la espera era abrumadora. “La demora era de tres horas. Las pacientes me golpeaban la puerta. Me sentía muy mal porque llegaba tardísimo a mi casa. Pero sentía que necesitaban preguntarme y que arrastraban dudas desde hacia mucho tiempo”.

"Hay mucho desconocimiento sobre los métodos anticonceptivos", dice Melisa Pereyra.

“Hay mucho desconocimiento sobre los métodos anticonceptivos”, dice Melisa Pereyra.

– ¿Cuáles son los comentarios en Instagram o en el consultorio que más te llaman la atención?

– Falta información sobre los métodos anticonceptivos, sobre cómo funciona nuestro ciclo. Al mismo tiempo, sienten vergüenza por no saberlo. Tampoco se generó la conciencia sobre la importancia de la prevención de las enfermedades de transmisión sexual. Hay tasas altas de sífilis y cada vez son más jóvenes los que están infectados con HIV. Todavía hay quienes piensan que no les va a pasar. Por otra parte, en Pami venían mujeres con situaciones avanzadas que, detectadas a tiempo, hubiesen podido ser curadas, o que creían que sin actividad sexual no hacia falta seguir con los chequeos.

Melisa Pereyra da un mensaje claro y directo.

Melisa Pereyra da un mensaje claro y directo.

El desconocimiento del cuerpo femenino es otro de los puntos que a Melisa le generan inquietud. “A la vulva se la llama generalmente vagina. No es lo mismo. Los hombres dibujan en las paredes su miembro y nosotras tenemos que estar escondiendo nuestra genitalidad. Además, llevamos el mandato del cuerpo infantil. Los videos eróticos muestran vulvas casi aniñadas, sin pelos, con labios pequeños. Cuando una paciente me pregunta sobre una característica puntual, les explico que así es su anatomía y que si a ella nos le gusta se puede reparar. Muchas veces contestan que es algo que le dice su pareja y no un tema propio”.

– ¿Qué palabras o conceptos relacionados con la salud femenina te parece que habría que erradicar?

– Decir “estar indispuesta”, por ejemplo. Es como si estuviéramos inhabilitadas. Hay culturas donde todavía la mujer que está menstruando no puede salir de la casa. Se sigue luchando para que las nenas en determinados países puedan ir a la escuela durante su ciclo. Tenemos que visibilizar que la menstruación no nos impide nada, que es un proceso fisiológico que pasamos todas. Y que no es algo sucio. La vida tiene que seguir normalmente. A no ser que haya sangrados abundantes o dolores y en ese caso, será un justificativo para suspender actividades.

– Existen grupos que proponen volver a las toallitas lavables, ¿no implicaría sobrecargar con más trabajo a la mujer? Nadie duda de la necesidad de un cambio en el consumo, pero ¿las medidas no deberían ser más abarcativas?

– A mí no me gusta evangelizar ni ser fundamentalista. Muestro la copa menstrual, porque quiero que sepan que existen distintas opciones. El cuidado del planeta se nos fue de las manos. Tal vez tendríamos que empezar por todo. No por una sola cosa.

Melisa Pereyra, en una charla sobre prevención de enfermedades en el festival "Che Vegano".

Melisa Pereyra, en una charla sobre prevención de enfermedades en el festival “Che Vegano”.

– ¿Tuviste situaciones en que sentiste que ya valió la pena tu tarea en Instagram?

– Por suerte, ¡varias veces! Desde maestras que me cuentan que usan mi material en las clases de Educación Sexual Integral hasta una chica de 30 años que me dijo que después de conocer mi página se había animado a hacerse por primera vez el control ginecológico u otra que trajo a su mamá a la consulta, porque advirtió que hacía mucho no se chequeaba. O la paciente de una colega que le pidió que le muestre donde está el clítoris, porque suelo hablar de él. Con eso, ¡ya estoy!

“Muchas campañas de difusión parecen un librito. Hay que cambiar la manera de comunicar. Es lo que la sociedad está pidiendo”.