BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Ayer fue una jornada histórica del pueblo –una especie del 17 de octubre de 1945, cuando nació el Peronismo–, que en los próximos años el 23 de abril de 2024 será considerado el “Día de la Liberación Nacional”, porque si bien fue una marcha y concentración en defensa de la educación pública, en especial de las universidades nacionales que sufren uno de los ajustes más brutales que se tengan memoria, fue el puntapié inicial para que todos los sectores salieran a protestar contra un régimen de gobierno que “no la ve y que, además, se permitió meter los dedos en el enchufe”, al decir de la gente en las redes.
La ausencia total de empatía con el pueblo que lo votó, hizo además que sectores de la juventud que lo votó masivamente en el balotaje, con el verso del “cambio”, tomara verdadera conciencia del plan central de este títere del establishment sionista internacional, que va a sumir a la Argentina en una depresión económica tal, que desde luego permitirá a las corporaciones sionistas hacerse con todo lo que hallen a su paso “todo, por dos pesos”. Además, de hacerla una simple factoría y proveedora de insumos básicos para su poder industrial en sus países de origen.
Pero el pueblo dijo “no” y fue así que tomó la fuerte decisión de que “el régimen de Milei y sus amanuenses” deben tener un límite. Y que nada es como “ellos la pintan”.
La reacción fue tan multitudinaria, que no hubo provincia donde la gente no haya salido a protestar masivamente. Por lo que los números superan ampliamente los dos millones de personas en las calles. En CABA el millón se superó ampliamente y se cree que el siguiente número será mucho más grande de aprobarse la “Ley Ómnibus” con el apoyo de los gobernadores.
El desoriente de Milei y sus amanuenses
Es tal el desoriente del jefe del régimen vejatorio de la Constitución Nacional y de la cultura del país, que en vez de salir a poner paños fríos en una situación que se torna sumamente delicada, salió a apagar el fuego con nafta. Comenzó a tuitear con la figura de un león tomando un café en un pocillo que decía “lágrimas para zurdos” en respuesta al fuerte mensaje de la masividad de la protesta y a los muy inteligentes mensajes mediante las pancartas y las cartulinas.
Al decir del premio Nobel, Adolfo Pérez Esquivel, que estuvo presente junto a las Madres y Abuelas de Mayo, y otras organizaciones de DD.HH., “este señor no puede llevarse todo por delante. Y esta masividad del pueblo le está mandando un fuerte mensaje. No podemos permitir que avasalle la cuna del saber, que son las universidades como la educación pública en general. Por ello vamos a pedir el juicio político de Milei”, señaló.
Mientras tanto, en los canales afines la desorientación era tal que no sabían “si defender la educación pública o defender la gestión del Mamarracho”, cosa que quedó más en evidencia en el canal La Nación+.
Bullrich quedó como “teta i’monja”
La ministra de Inseguridad de la Nación, Patricia Bullrich, tuvo que meterse el protocolo en la nariz, porque cómo podía frenar las tantas columnas de estudiantes y de todos los sectores que salieron a decirle “no al régimen” del que ella forma parte. Su protocolo de 5 mil policías en las calles fracasó rotundamente. Lo que hizo que se fuera a su casa y que se dedicara a tomar hasta perder la conciencia.
Finalmente, Karina Micheletto, de Página 12, refleja así lo de Bullrich: “Se transformó así en un gran hito político de resistencia a las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei, protagonizado por una porción tan importante de la ciudadanía que no deja margen para las descalificaciones habituales. Que hasta cortó de cuajo la avidez represiva de la ministra Patricia Bullrich, que temprano por la tarde sacó las filas y vehículos policiales a exhibirse amenazantes, para pronto replegar ante los ríos de gente que comenzaban a llegar”. Un verdadero fiasco.
