PENSAMIENTO POPULAR: “El Hedor en los saberes”

Según Etlis a la "cultura hay que darle la posibilidad que no sea cooptada por el Poder, para beneficiar a las clases dominantes nada más". (Foto: Cuadro del Blog de Etlis)

BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Liliana Etlis *). El hedor impregna la pobreza, el miedo, la marginalidad de lo que refiere a la América Profunda. Lo popular como paradigma, intentando pensar la realidad y responder sobre la pregunta del estar y el ser desde América como lugar de origen sumando los decires de las personas que dan información sobre un andar popular, la palabra común del hablar que acuna la palabra que completa al sujeto viviente, pensando el quechua, el aymará o el porteño como pensamiento popular, todas estas aberturas de posibilidades, germinan un comienzo hacia una filosofía latinoamericana y una elaboración de una fenomenología del pensamiento popular.

El pensamiento de Günther, como le gustaba ser nombrado, es abordado en los testimonios de allegados en la película que refleja su pensamiento en “Hombre bebiendo luz”, del cineasta Jorge Falcone (https://www.youtube.com/watch?v=jg1yxJuBhLY), quien ilumina a través del arte del cine, la trayectoria de R. Kusch a través de una reconstrucción dramática de su artículo “Cuando se viaja desde Abra Pampa” y rescatando las palabras de Carlos Cullen, en homenaje a los cien años de su natalicio, reproduzco este sentimiento: “Rodolfo Kusch, filósofo contrabandista, antropólogo furtivo, dramaturgo arrabalero y, por tibio, de origen alemán , exiliado en Maimará”.

Tomando estas ideas de escuchar al campo popular, entramándola como eje junto a las del hedor, quiero hacer visible una doble participación social de estos sectores respecto a la relación tan debatida en lugares académicos y sin resolver, el binomio sujeto/estructura, un laberinto de repeticiones angustiantes para el vivir del pueblo oprimido.

Es preciso ahora más que nunca consultar sobre la toma de decisiones desde ese lugar tan castigado sobre el desarrollo de la propia participación social, no sólo la de una estructura de Poder, la dominante, sino la que vamos observando desde hace tiempo, la ausencia de prácticas surgidas de las opiniones de los sectores más empobrecidos, indigentes, migrantes, afrodescendientes, pueblos originarios y otros. La ideología neoliberal desconoce de manera sistemática qué piensan y, peor, piensan por ellos, convirtiéndolos en receptores sin escuchar sus propuestas sin llevarlas a dispositivos prácticos, es la necropolítica del Poder en funcionamiento, favoreciendo a unos pocos.

 

Cómo contraponerse

La participación social es un proceso de adquisición de Poder, de control y acceso a los recursos considerados necesarios para proteger la vida humana y la no humana, colocando el eje en decisiones del saber y poder locales ¿Dónde se aplica? ¿Quiénes lo aplican? ¿Cómo? ¿Quiénes son los responsables?

Es por eso y tomando en cuenta qué se hace en las prácticas con las decisiones que durante años circularon en diferentes espacios, es necesario conocer qué consecuencias se generaron al no considerar la participación popular, invisibilizando la escucha y reclamos donde viven activamente sujetos afectados en su vida cotidiana a través de la desnutrición, el hambre, las violencias y la extrema pobreza en niveles locales de los barrios comunitarios, hoteles, pensiones, villas de emergencia y, desgraciadamente, la calle.

 

Interrogantes

¿Es posible armar un espacio latinoamericano, nacional, popular y democrático resignificando categorías occidentalocéntricas, binarias, cartesianas, racistas, patriarcales, sexistas, capitalistas y otras considerando cómo afecta en la cotidianeidad y en las instituciones donde acuden estos grupos locales? ¿Qué consecuencias tuvo el 22 desatender la colonialidad del saber, del ser y el conocimiento? ¿Qué reflexión merece si no incorporamos el análisis de cómo modificar las estructuras coloniales occidentalizadas? La liberación con otra lógica, la desinstitucionalización de estructuras de Poder opresor, el problema ligado a la sobrevivencia, el derecho a la Vida, la obediencia al Poder destructor, la Justicia de saberes, el reconocimiento de las luchas no oficiales, el diálogo con otras comunidades, los métodos colaborativos, la dificultad para situarse del lado de los oprimidos, la producción de sentidos en la militancia territorial, la unidad en la diversidad, el valor simbólico de la acción comunal utilizando las categorías latinoamericanas del sentipensar, cognovivencia, corazonar, desenrollo, comunalismo y otras ignoradas por la Modernidad.

¿No nos estará invadiendo un hedor oligárquico en las formas de pensar, conocer, influir? ¿Un hedor que nada tiene del hedor kuscheano? ¿Un hedor a resignificar y recategorizar?

Reflexionemos juntos sobre una forma de gobierno participativa, inclusiva, soberana en saberes, justa en diversidades, libre, distributiva y descolonizada. Formas pluriversales de transitar el mundo por la Vida, con tartamudeos, silencios, laberintos, participando en la MatriaPatria e impidiendo el retorno al coloniaje en su peor versión.

 

(*) docente e investigadora, editora del blog https://wordpress.com/home/lilianaetlis.wordpress.com