PARA ENTENDER, DÓNDE ESTAMOS PARADOS: compartimos el artículo “Argentina y la maldición del litio”, del diario La Jornada

Es necesario que el tema del litio lo comience a resolver el Congreso de la Nación. No puede ser que las riquezas del litio se las lleven los familiares, amigos o asociados de los gobernadores de turno. Los recursos son de los pueblos que conforman las provincias y no de los “iluminados” que fueron elegidos por esos mismos ciudadanos a los que les falta todo. Debe salir de ese mismo pueblo, la respuesta contundente para todas estas avivadas. (Foto: El Ortiba).

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Quizás muchos no comprendan en su real dimensión sobre qué bases caminan y los resultados de las PASO. Muchos le atribuyen a los mismos a distintos factores, de pertenencia, hartazgo y trabajo, pero los hay otros mucho más profundos, porque estamos cruzados por esos “poderes disimulados”, del que se sirven unos pocos.

Por ello es bueno tomar atención de este artículo publicado por el diario La Jornada, de México, con la firma de José Steinsleger: 

ARGENTINA Y LA MALDICIÓN DEL LITIO

La Jornada – Por José Steinsleger

Uno. Ayudamemoria: a finales de enero de 2023, en un video grabado para un encuentro del Atlantic Council, la jefa del Comando Sur, general Laura Richardson, se preguntó «¿Por qué es importante América Latina?» Pregunta algo retórica de los que siempre critican la retórica de los latinoamericanos.

Dos. Brutalmente honesta y frontal como aquel Teodore Rossevelt de 1903 («I took Panamá»), la general esbozó un amplio inventario de los “ricos recursos” y elementos de «tierras raras», destacando en primer lugar el litio, mineral que comparten Argentina, Bolivia y Chile («60 por ciento de las reservas del mundo», sin contar las de Perú). Más aún: «Tenemos (sic), 31 por ciento del agua dulce del mundo», y finalizó: «Tenemos que empezar nuestro juego» (sic), en obvia alusión al acuífero Guaraní, que en la cuenca del Plata comparten Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay.

Tres. Sin embargo, antes de que Laura fuera ungida como jefa de jefes de los ejércitos de AL, en septiembre de 2019, la hija mayor de Donald Trump, Ivanka, se apareció en la provincia argentina de Jujuy (lindante con Bolivia), con el propósito de «empoderar a las mujeres de la región», y explicarles lo que, justamente, odia su padre: la «igualdad de género». Y dos meses después, el 19 de noviembre, con la complicidad del presidente Mauricio Macri y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, el presidente Evo Morales fue derrocado por un golpe de estado fascista, cocinado en el departamento boliviano de Santa Cruz. ¿Qué si el litio tuvo algo que ver con esto?

Cuatro. Seamos malpensados y veamos. Según el investigador catamarqueño Horacio Machado Aráoz, «la geografía económica y política del litio refleja con nitidez la estructura colonial de la economía global, y su matriz de apropiación y consumo del mundo». Por ejemplo, cuatro empresas, las estadunidenses Albermarle y Livent, la china CATL, la coreana IG y la japonesa Panasonic, concentran 68 por ciento de la provisión de baterías para automóviles. Y 10 automotrices concentran la de coches eléctricos: la estadunidense Tesla, de Elon Musk, las chinas BYD y BAIC, la alemana BMW y la japonesa Nissan.

Cinco. En Argentina, las dos grandes explotaciones de litio son las del proyecto Olaroz (Jujuy), controlados por Toyota y la mencionada Livent (Minera del Altiplano), con base en la provincia de Catamarca y propietaria del Salar del Hombre Muerto, a más de una tercera en la provincia de Salta, con capitales coreanos. Por otro lado, Livent y la australiana Allkem (propietaria del salar jujeño de Olaroz) acaban de fusionarse creando New Co, cuyos principales accionistas son los fondos buitres de Blackrock, Vanguard, JP Morgan y el HSBC, el archidenunciado banco inglés que lava dinero en los cuatro puntos del globo.

Seis. Hace un mes, en una amplia denuncia sobre estos negocios corporativos (Página 12, 22/7) el senador Oscar Parrilli (kirchnerista) puso una cereza sobre el pastel, mostrando que uno de los actuales directores «independientes» de Allkem es Fernando Oris de Roa, ex embajador de Macri en Estados Unidos, durante los últimos años de su gobierno (2015-19).

Siete. Naturalmente, no se trata de satanizar, así como así, la «inversión extranjera». Pero en lo referente al litio argentino, es claro que el principal problema viene siendo la reforma constitucional de 1994, en tiempos del auge neoliberal impuesto por el ex presidente Carlos Menem, que otorga a las provincias la propiedad originaria de los recursos naturales. Y esto hace que son las provincias, y no el Estado nacional, las que cada una por su lado se sientan a negociar con gigantescas corporaciones que actúan por encima y al margen de los estados. Dicho de otro modo: el problema no es el que ofrece comprar por dos pesos, sino el que se vende por menos de la mitad de un peso.

Ocho. En suma, Argentina no dispone de su producción de litio, sino de las trasnacionales que operan en sus territorios. Y tampoco ha declarado al litio como recurso estratégico, sin que exista una legislación que las obligue a dejar algo de litio para industrializar, o hacer algún tipo de sociedad con un Estado que percibe menos de 3 por ciento de regalías, exiguo porcentaje que hasta la reciente llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía… ¡le era devuelto a las empresas! A diferencia de Chile, donde los derechos de exportación del mineral ascienden a 40 por ciento.

Nueve. Existe, por otro lado, una «Mesa Nacional del Litio», integrada por Jujuy, Salta y Catamarca, de la cual se autoexcluyó la provincia de La Rioja cuando su gobernador, Ricardo Quintela (peronista), declaró el litio como recurso estratégico, y tras suspender las concesiones vigentes, el sector minero trasnacional encendió las alarmas.

Diez. Evo Morales fue el único político de fuste que respondió a las palabras de la general Richardson, en su cuenta de Twitter: «Le recordamos a la jefa del Comando sur de EU… que América Latina no es patio trasero, ni su hacienda para explotar recursos naturales”.

Fuente: El Ortiba