LO QUE HAY QUE APLICAR ANTES DE LA TASER: sacando las armas de la calle, con operativos en todo el país, se merma el delito en un 80 %

Foto de archivo, donde cuando existe voluntad manifiesta de extirpar buena parte de los delitos violentos, es cuando se les sacan las armas a los delincuentes y bandas. (Foto: Archivo Gendarmería).

BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Servando Sanmartín). La iniciativa está en el Ministerio de Seguridad de la Nación, pero una de las formas más rápidas y seguras para mermar el delito en las calles es “incautarles las armas a los delincuentes y a las bandas”. Ya es materia probada en varios países del mundo como asimismo en las grandes urbes. Y la decisión tiene que ser política.

El foco tiene que estar centrado en las fronteras, pero especialmente en la Triple Frontera, en la provincia de Misiones, donde desde puntos como Ciudad del Este, Foz de Iguazú, Salvador Mazza y Aguas Blancas (Salta) se encuentra al mayor ingreso de armas de todo tipo, que son fruto del contrabando a gran escala en los países limítrofes. Donde el ahora canciller Santiago Cafiero debe poner su dirección de gestión reuniéndose con los cancilleres de esos países. Esa sería una buena forma, de que las fuerzas federales argentinas encuentren apoyo en las de los países vecinos para controlar el tráfico ilegal de armas.

Al ministro Fernández le toca ardua tarea con Gendarmería Nacional, donde quedan resabios de los grupos delincuenciales que se formaron hacia dentro de las fuerzas federales, al amparo de la ex ministra Bullrich, que no sólo no actuó como el país se lo pedía, sino que les dio autonomía innecesaria como cuando ocurrieron los crímenes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel en la ruta 40 en la provincia de Chubut en 2017.

 

Existe informe

En un informe de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia) [1], se describe a la Triple Frontera entre Brasil, Paraguay y la Argentina, como zona tomada y que sería uno de los mayores proveedores de los cárteles instalados en el Conurbano y villas de CABA, como asimismo a bandas instaladas en el campo de la extensa provincia de Buenos Aires. Otro lugar detectado como depósitos o guarderías de armas son los exclusivos countries de barrios adinerados como Nordelta y otros que están en derredor de la Capital Federal.

Dicho informe de la universidad bogotana dice: “El narcotráfico y el tráfico de armas constituyen unas de las principales nuevas amenazas a la seguridad de los Estados, con especial manifestación en las fronteras debido a las características propias de éstas (debilidad estatal, relaciones de intercambio, entre otros). En el caso del Cono Sur, resalta la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay teniendo en cuenta la interconectividad y la importancia económica de la zona, tanto comercio lícito como ilícito, por lo que se ha constituido como corredor estratégico para el crimen organizado en el continente, incluyendo el tráfico de drogas y de armas. Al tratarse de una amenaza compartida y de Estados vecinos cuyos procesos de securitización se encuentran estrechamente relacionados, se plantea que los dos ilícitos influyen sobre el Subcomplejo de Seguridad del Cono Sur. En cuanto al narcotráfico, los estupefacientes (cocaína y marihuana) ingresan por territorio paraguayo y son desplazados a la Triple Frontera para su transporte a Brasil y Argentina, donde una pequeña parte es distribuida al mercado local, y la mayoría es exportada a los grandes mercados globales, Estados Unidos y Europa. Frente al tráfico de armas, éstas son importadas por partes desde Estados Unidos camufladas en otras mercancías hacia Paraguay para su distribución y comercialización en los grupos de crimen organizado brasileños. Los grupos criminales más importantes provienen de Brasil, son el PPC y el CV quienes controlan la cadena del narcotráfico desde la producción hasta su distribución, cooptando también el mercado ilegal de armas para el abastecimiento de sus miembros. Ahora bien, los tres países han implementado políticas y estrategias tanto individuales como conjuntas para el control de los dos fenómenos ilegales transnacionales. Estos programas han estado dirigidos principalmente al control de la oferta, prestando poca atención a la demanda de los estupefacientes. Estas prácticas de seguridad han fomentado la interacción entre Estados, al fomentar respuestas bilaterales para la lucha del narcotráfico y tráfico de armas, fortaleciendo la interacción entre los Estados, aunque mermando el papel de Brasil como eje central de la región”.

Otro ejemplo a ver, en lo que debe centrarse el Gobierno, es lo que hizo el alcalde de la ciudad de Nueva York, Rudolph Giuliani, que aplicó el plan “Tolerancia Cero”, donde las armas que no estaban inscriptas en el Registro de Armas de Nueva York, se las incautaba. En el año 2013 hizo una visita a la Argentina y allí el periodista Juan Pablo Fioriti, del diario La Capital de Mar del Plata, le hizo entrevista cuando estuvo en esa ciudad veraniega, preguntándole qué es lo que se necesita para terminar con el delito. Fue lacónico y directo: “Para bajar el delito hace falta decisión política y terminar con la corrupción”.

Por ello, otro punto a destacar es ver hacia el interior de las fuerzas federales, qué grado de contaminación y contacto tienen con bandas sincronizadas armadas por las mismas policías. Eso es otro punto a tener en cuenta.

 

Referencia:

[1] https://repository.javeriana.edu.co/handle/10554/54395