FORMA DE BAJAR LA INFLACIÓN: Nación debe trabajar con una red nacional de almacenes de barrio

Creando una base de datos de todos los almacenes del país y un red de proveedores locales, se les quitaría a los formadores de precios esa manía de remarcar. El 80 % de la población podría comprar en los almacenes de barrio. Cuando no vendan, ya van a ver cómo bajan los precios y sólo centavos de ganancia, opinan desde los barrios capitalinos. (Foto: El Argentino).

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Desde este medio ya lo venimos expresando, en el sentido que uno de los caminos para que tanto los grandes productores de alimentos como las grandes cadenas de supermercados comiencen a adecuarse a una “realidad que el pueblo soporta diariamente, producto del sesgo ideológico que éstos tienen con respecto al manejo de la economía por parte del Estado, cuando hay leyes aprobadas de por medio, es que nunca el Gobierno le dio prioridad a uno de los caminos que haría que los ‘grandes’ tengan que adecuarse no tanto por los controles, sino por la fuerza de la realidad”.

Estamos hablando de que el Gobierno nacional debe crear la condiciones, desde la Secretaría de Comercio Interior, “para fortalecer y darle dinamismo a una red nacional de almacenes de barrio, con el nexo de la provisión de productos de fabricantes de cercanía”. Para ello el Gobierno debe crear con los militantes barriales el fortalecimiento educativo en los CIC “para enseñar que se debe salir de las ‘marcas’ y comenzar a consumir productos de la canasta básica que los producen fabricantes de las cercanías”. Un claro ejemplo, es el que viene realizando en la provincia de Formosa, el gobernador Gildo Insfrán, quien a su vez viene expresando que “para acabar con los pícaros formadores de precios, es fundamental que las provincias logren su ‘soberanía alimentaria’ y para ello, son los estados provinciales que deben dotar de financiamiento para la creación de pymes en este rubro”. Con lo que necesariamente, habría mayor demanda laboral.

 

Férreo control

El Estado puede crear todas las herramientas necesarias para bajar los precios, pero si no tiene la colaboración de la población, que es la principal afectada, nada tendrá éxito. Por ello, son los gremios, los centros vecinales, las organizaciones sociales, los inspectores pagos y el consumidor final los que deben ir con listado de todos los precios y de los productos incluidos en ítem “Precios Cuidados” a los supermercados o supermercaditos para fiscalizar en persona el cumplimiento de parte de las empresas proveedoras los precios acordados.

Ayer luego de las reuniones entre la COPAL –donde quedó demostrado que su presidente Funes de Rioja, es un militante macrista— el Gobierno y, además, representantes de las principales firmas de alimentos, el secretario de Comercio, Roberto Feletti, dijo que “vamos, luego de su publicación en el Boletín Oficial, a la aplicación del congelamiento de precios de más 1.400 productos de la canasta básica familiar con retrotraimiento al día 1° de octubre”.

Todos estos confusos como armados comunicados de la COPAL antes de la reunión final de ayer, “poniéndose en contra de los argentinos, porque no estaba de acuerdo con el congelamiento de precios”, demuestra dónde están los enemigos del Gobierno y de la gente, porque utilizan “la provisión de alimentos para jugar políticamente en favor de un sector netamente antiargentino”.

Por ello, con el acompañamiento de todo el pueblo, “las medidas adoptadas irán poniendo en caja a los que no quieren el resguardo de la ley”.