SAN SALVADOR DE JUJUY (Especial-EL SOL ABC). El diputado provincial Mario Nasif, parte del oficialismo “moralista” de Jujuy, ha comenzado a beber el caldo de su propia cocina, cuando ayer en la oficina de despacho legislativo del presidente del bloque macrista Cambia Jujuy, Alberto Bernis, pasadas las 18, se desmayó el legislador que se ufanaba que “nosotros llegamos a Jujuy para limpiar la administración pública y hacer un gobierno decente”.
Decíamos de Nasif en nuestra edición del 7 de diciembre pasado: “Todo ello nace, por denuncia que tomaron medios nacionales, hace cuatro días atrás, contra el diputado provincial Mario Nasif, partícipe con su partido Encuentro Jujeño, que es una escisión del Partido Justicialista, que se supo vender al mejor postor en las elecciones provinciales de 2015 y de forma acomodaticia, del Frente Cambia Jujuy, junto al Partido Renovador —que proviene de Sergio Massa— junto a Carlos Haquim, otro ‘peronista trucho’, por ‘abuso sexual y acoso laboral’ en contra de una de sus empleadas en la Legislatura, entablada por las Dras. Claudia González y Natacha Freijó”.
De acuerdo a testigos del caso, Nasif no pudo “resistir que sus pares de la Cámara de Diputados de Jujuy pusieran como centro de debate el desafuero y posterior juicio político del presidente del partido Encuentro Jujeño, parte del Frente Cambia Jujuy, para desafectarlo de la Legislatura”.
Mientras, tanto la causa penal que lleva adelante la Justicia ha requerido de nuevas pruebas y a la vez que ha solicitado a Nasif someterse “a estudios sicológicos, siquiátricos y médicos para delinear el perfil del acusado por una de sus secretarias”. Pareciera que ante el cariz que va tomando el caso, que muestra una profunda grieta en el oficialismo jujeño, varios sectores que acompañaron al frente macrista Cambia Jujuy estarían viendo la posibilidad de abandonar la coalición gobernante.
Finalmente, se supo que la sesión fue “suspendida” por lo que le había ocurrido a Nasif, ya que tuvo que intervenir el SAME, que con ambulancia retiraron al acusado por su secretaria.
Mientras tanto, la “Casa de Piedra” resiste todo: hasta al “Cara de Piedra”.
