UN PUEBLO QUE NO MERITÚA SU CULTURA, SU PASADO Y A SUS PIONEROS: en el cementerio Cristo Rey de San Pedro yacen saqueadas las tumbas de Dr. Guillermo Páterson y de la familia Leach

La fotografía es elocuente de cómo luce hoy la tumba del Dr. Guillermo Páterson, pionero en la cura de las enfermedades tropicales que asolaban a fines del siglo XIX y mediados del XX en vastas regiones del NOA y NEA. Esto sucede en el cementerio Cristo Rey de la ciudad de San Pedro de Jujuy. (Foto: EL SOL ABC).

SAN PEDRO DE JUJUY (Especial-EL SOL ABC). Mucha tristeza y desazón provocan las imágenes que pudimos rescatar de nuestra visita al cementerio Cristo Rey, ayer en el Día de los Muertos, cuando comprobamos que ni el pueblo ni sus autoridades le han dado prioridad en la preservación de las tumbas de aquellas personas que hicieron mucho por la historia, cultura y conformación social de lo que es hoy la ciudad de San Pedro.

En el recorrido de EL SOL ABC, se pudo comprobar que la glorieta que cubría la tumba del Dr. Guillermo Páterson no existe, las tumbas que la rodeaban y que eran de su esposa y algún hijo, tampoco, como lo mismo sucede con las hermosas placas de bronce que describían un poco de su historia como uno de los pioneros en la creación de hospitales, escuelas de enfermería, etc. Fue el primer infectólogo que fue premiado y puesto en consideración por el Dr. Carlos Malbrán, por sus importantes trabajos sobre el paludismo, chagas y leshmaniasis, verdaderos flagelos en los pueblos originarios que circundaban los ríos jujeños, salteños y tucumanos.

La obra de este médico e investigador científico, de origen escocés, cala hondo en la historia de esta parte de la provincia de Jujuy, porque gracias a su descomunal trabajo hoy esas enfermedades fueron vencidas y la vida por estos solares infectados por esos mosquitos que transmitían la malaria o paludismo se hizo más llevadera. Fue factor clave en la conformación de la Facultad de Medicina en la Universidad Nacional de Tucumán, donde fue académico en los primeros años del siglo XX.

 

Lo mismo con los Leach

Es parte de quienes manejan la Dirección de Cultura o la Secretaría de Gobierno poner los ojos en fomentar y resguardar los “verdaderos tesoros” que son el reconocimiento y puesta en valor de aquellos que “fueron los pioneros en la conformación de lo que hoy es esta ciudad”. Ya dejaron de existir entidades como el Club de Leones o el Rotary Club San Pedro, que eran las que velaban por la preservación de monumentos, reseñas históricas y actos recordatorios de los ciudadanos que hicieron su aporte para el progreso de la ciudad.

Casi cercanas a la tumba del Dr. Páterson, están las de los fundadores del ingenio La Esperanza, la familia Leach, verdaderos pioneros en la región. (Foto: EL SOL ABC).

Entonces, le cabe al gobierno municipal actual comenzar a merituar sus monumentos históricos y culturales, porque de ello deviene la prosapia histórica que las generaciones venideras deberán conocer, para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Entonces, no podemos dejar que “las tumbas de la familia Leach también queden a la buena de Dios, en un lugar que no guarda la seguridad ni el consabido reconocimiento que estos pioneros debieran tener por todo lo que aportaron a la comunidad”.

Con la llegada de los hermanos Leach, se dio lugar en 1873, al primer polo industrial en la provincia de Jujuy, creando así el ingenio Leach, luego conocido como de La Esperanza, donde Esteban y Rogelio Leach, conjuntamente con otros familiares se radicaron en el lugar. Y con ellos vinieron llegaron importantes profesionales de la medicina, entre ellos Páterson, Ritcher, Stemberg, Sierra, etc.

Entonces, bien cabe a las autoridades actuales, que más piensan en los corsos de carnaval, que en los verdaderos valores culturales que hicieron de San Pedro una de las primeras ciudades del NOA, pero que hoy está en decadencia por la misma situación que describimos, trabajar para dotar de un espacio totalmente enrejado, dotándolo de las placas respectivas que describían la obra de cada uno de los anteriormente nombrados. Donde nada se pierda y todo se guarde.

 

NdR: mucho se discute de porqué algunos medios disponemos sobre el apellido Páterson una tilde. Resulta, que el mismo Guillermo Cleyland, ya aquerenciado en la región, y habiéndose casado con Carmen Valdez, con la cual tuvo cuatro hijos, se sentía un jujeño más, que en ocasiones cuando firmaba o escribía su nombre y apellido, éste tildaba su apellido para hacerlo más jujeño y para que todos supieran cómo pronunciarlo. Eso también lo expresó en algunas ocasiones el Dr. Jobino Sierra, uno de los biógrafos más cercanos al científico que hizo mucho por el NOA, pero en especial por su solar donde falleció que es el departamento San Pedro.