BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Seba Schwarcz). Seguir intentando convencer “al niño que todo el día juega con su celular”, es darse con la pared y no entender la “filosofía de vida” de un sujeto que lo extrapolaron desde la marginalidad de un profesorado medio salido de la nada, de disertaciones dudosas y de los escándalos que producía en los sets televisivos, que además vive empastillado por sus desequilibrios siquiátricos y tironeado como una mascota por su hermana Karina. Allí está el quid de la cuestión.
Todo lo que dijo la ex presidenta es razonable y entra en los cánones lógicos de su experiencia como ex mandataria y vice de Alberto Fernández, en su reciente disertación en la ciudad de Quilmes del sábado pasado. Como, por ejemplo: “ ‘Por más que el presidente haga carita y se enoje, el gobierno no tiene plan de estabilización’, sostuvo Cristina en Quilmes en referencia a la gestión de Javier Milei. ‘Cuando uno mira al gobierno de hoy, no les falta uno para el peso, les falta 30, 40, 60 o 90 para el peso. El presidente tiene que comprender que tiene que darle un golpe de timón a esta política’, cuestionó.
’’En el discurso del lunes en Cadena Nacional, dijo que la recuperación y el crecimiento van a venir de cuatro lugares. Petróleo, gas, minería y el campo. Nos preanuncia una economía de carácter extractivista, precapitalista. Me hace acordar a la Argentina del Virreinato del Río de la Plata. Más que anarcocapitalismo, me suena a anarcocolonialismo, en eso no estamos de acuerdo”, comentó.
’’¿Qué pasó con las prepagas? Debió haber dejado sin efecto con un DNU la parte de prepagas y retomar la capacidad del Estado para regular el precio de las prepagas’, se quejó. Y agregó: ‘El presidente es muy dogmático, él quiere acomodar la cabeza al sombrero. La cabeza no se achica, agrande el sombrero, Y si lo hace, lo vamos a ayudar. Si le va mal a usted, le va a ir mal a todos los argentinos’ “, sentenció Cristina en la parte más saliente de su discurso.
Allí está el error o no
Centrar en hablarle al “presidente (de qué)” es “gastar balas en chimangos” –dicho popular en el campo cuando se tira a un chimango que es un ave carroñera que no sirve para cocinarla y comerla–, porque acá uno tendría que dirigirse directamente al embajador Marc Stanley, quien es el presidente en la realidad de la Argentina y es el que les dicta la agenda a los hermanos Milei. Primero por supuesto, se comunica con Karina la que por ahora no toma pastillas para dormir y siempre está despierta desde tempranas horas. Y luego ésta es la que le dice lo que tienen que hacer según lo “manifestado por Marc”. Tras de éste también se mueven, como satélites directos los grupos económicos sionistas que comandan Rocca, Elasztain, Eurnekián, Pérez Companc, Alperín y los extranjeros infiltrados en la economía nacional como los grupos JP Morgan, como los fondos buitres Vanguard y BlackRock, a los que hay que sumar a la “coordinadora” AmCham.
Milei es un pobre pelele que cuando termine –si es que la termina— su función desaparecerá silenciosamente de la “función que vino a cumplir, que es dejar a la Argentina a merced de los buitres sionistas lista para servirse, con el verso de ‘años de atraso’ y con 60 % de pobreza, cuando en realidad en sólo 4 meses de gestión aumentó 20 puntos de la misma que el gobierno anterior dejó en 40 %, pero con una pandemia de Covid-19 de dos años de parate económico, una guerra entre Ucrania y Rusia, que afectó y afecta a todo el planeta y una sequía de más de tres años de por medio, que recién comenzó a ceder en este 2024”. Eso no recuerda el empastillado, de tanta droga en su cabeza de termotanque.
Bueno, quizás, especulamos, Cristina quiera dirigirse a este jefe de régimen porque es respetuosa y quiere mantener la institucionalidad de un cargo que a este mendaz sujeto no le mueve el amperímetro, porque él está para aprovechar todas las aplicaciones de su celu y buscar alguien que le diga que “es lindo e inteligente”, como le decía Fátima Florez luego de recibir un salario mensual para distraer a la chusma de las “imposibilidades” del leoncito.
Pero ya es hora que tengamos que decir a cada cosa por su nombre y poner en evidencia a los grupos corporativos, que nos vienen haciendo la vida imposible hace más de 200 años.
