Nos tenemos que atener a los ritos y acuerdos democráticos que la Constitución Nacional marca para que sepamos vivir en orden y cumpliendo las leyes y normas, pero eso no obsta que tengamos que decir muy claramente y a los cuatro puntos cardinales que la SEGUNDA PANDEMIA ha llegado.
Y no es por un mero decir o atentos a un claro sentido opositor de nuestro medio de comunicación, hacia hoy quienes fueron elegidos por un sentido mayoritario de los votos, sino por las acciones, actitudes y palabras mismas de los integrantes del nuevo gobierno, que no hacen más que insuflarle al pueblo argentino una serie de inseguridades pocos saludables, tal como fue la arremetida del Covid-19, que fue la PRIMERA PANDEMIA que asoló territorio argentino, y que muchos olvidaron que el gobierno macrista hasta se dio el lujo, además de una cuantiosa, inútil y delincuencial deuda que nos dejó, haber desarticulado por completo el Ministerio de Salud de la Nación.
Así estamos ante las declaraciones y hasta el mismo discurso del nuevo presidente, que demuestra una vez más que no está preparado ni psicológicamente ni intelectualmente para ejercer la primera magistratura de la Nación. Está empecinado en creer que sigue en campaña proselitista y se olvida que ya fue ungido como nuevo presidente.
No vamos a ahondar en los errores y taras de quienes lo eligieron creyendo que se “destruía a la casta”, pero que fueron vilmente engañados “con una motosierra y con un eslogan”, en aras de que la “casta volviera de la peor manera”. O diga usted, qué es el macrismo metido en el gobierno.
Entonces, todos debemos estar preparados para ponernos de nuevo el barbijo, pero también para sacarnos las vendas de los ojos, ante la llegada de la SEGUNDA PANDEMIA, que no será como la primera, que sólo mataba gente, sino que ésta vino para destruir hasta la Constitución Nacional y sus instituciones. O sea, resumiendo, para hacer desparecer a la ARGENTINA.
