INSISTEN, PERO NO HAY NADA: desde La Nación, Perfil e Infobae siguen con los Panama Papers, donde los únicos con “dedos marcados” son ellos

Esta es la imagen de la carátula presentada como "investigación" de otro think thank de EE.UU. para ir contra el Gobierno nacional. (Caputura informe La Nación).

BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Servando Sanmartín). Ya para este tiempo son poco creíbles los “investigadores” de La Nación, Infobae y Perfil  —raro que Clarín no participe, quizás no ve consistencias— que son parte de un nuevo ataque contra el Gobierno del presidente Alberto Fernández, a través de “traer de los pelos” el nombre de Daniel Muñoz, ex secretario del ex presidente Néstor Kirchner, y así seguir hasta llegar a Marcelo Tinelli.

Es que no hay nada Alconada Mon; quien está flojo de papeles por ser parte del entramado de denuncias contra el ex juez destituido Carlos Rozanski  –éste lo denunció penalmente—, como asimismo su “investigación contra el ex vicepresidente Boudou, por la causa Ciccone”. En la cual lo único que pudo conseguir es que “participe la AFI de Arribas y Magdalani, para que le paguen a Vanderbroele para que acuse a Boudou y de esa forma enviarlo a la cárcel injustamente”.

El juez destituido fraudulentamente por el macrismo, Carlos Rozanski, desenmascaró el ardid utilizado por Alconada Mon para sumarse al ataque de los macristas hacia el peronismo. Tiene denuncia penal Mon por parte de Rozanski (Foto: Revolución Popular).

Bueno, estos mismos personajes se mueven tras “una nueva investigación”, donde participa un estratégico nuevo “think thank” llamado FinCEN Files. Ya de por sí su nombre tiene olor a servicios. Tiene olor a la puesta en escena como lo que hicieron con Al Qaeda. Y así sin escrúpulos publican —muchos sabemos que no los tienen— el siguiente artículo.

Pero antes hago conocer la carta de la entonces presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, que les desmintió toda esta truchada encabezada por Hugo Alconada Mon a su diario La Nación en abril de 2016:

El comunicado de la familia Kirchner

Ante la conmoción global en la que lamentablemente se ve incluido nuestro país con las filtraciones de los llamados Panamá Papers, sobre lavado de dinero y evasión en el paraíso fiscal de Panamá, develada por el consorcio internacional de periodistas (ICIJ, en inglés) y por el diario alemán Süddeutsche Zeitung, algunas aclaraciones.

Desafortunadamente en lo que constituye un ejercicio creativo poco profesional de la prensa local, el diario Perfil publica esta tarde: “Mauricio Macri y la familia Kirchner figuran en una investigación sobre presunto lavado en Panamá”. Una más de la larga lista de falsedades y agravios para confundir y estafar a la ciudadanía que venimos presenciando en silencio.

La familia Kirchner no figura en ninguna investigación de esta lamentable estafa en la que se desprestigia al país. La ex Presidenta Cristina Kirchner ha sido una de las denunciantes internacionales más firmes contra esta lamentable práctica de evasión y lavado en paraísos fiscales, como la que sacude hoy a la opinión pública mundial. Una práctica tristemente habitual en los grupos empresarios concentrados que producen fuga de capitales, como hemos dicho no pocas veces.

Así como nunca hubo ni cuentas en Seychelles ni en Nevada ni departamentos en New York a nombre de ningún integrante de la familia Kirchner, tampoco hay relación alguna de la familia con las filtraciones reveladas hoy, excepto en la manifiesta intencionalidad periodística de continuar estafando a la ciudadanía argentina. Reiteramos, la familia Kirchner no posee ninguna cuenta, ni sociedad, ni bien de ningún tipo en el exterior y en el momento en que decidiéramos adquirir uno, figuraría como corresponde en las DDJJ de AFIP, oficina anticorrupción y demás organismos pertinentes, ya que como siempre dijo Néstor, hablamos y actuamos de frente al pueblo argentino.

Quien sí está mencionado y con protagonismo central en las revelaciones de hoy, lamentablemente para nuestro país es nada menos que el Presidente de la República Mauricio Macri”.

 

La “investigación” de La Nación referida a la Argentina

Esto es lo que publicó La Nación junto a los otros diarios mencionados y está referido al país, donde torcidamente se vuelve a mencionar a Daniel Muñoz y así se llega a Marcelo Hugo Tinelli:

 

Capítulo local

El capítulo de Argentina de los FinCEN Files incluye historias de financistas vinculados a casos de corrupción, grandes empresas, deportistas y hasta personalidades de la televisión. Desde Marcelo Tinelli hasta Vicentín, la empresa que Alberto Fernández puso en la mira de su gobierno. Desde el prófugo Sean Sullivan -que ayudó a lavar dinero ilícito del exsecretario privado de los Kirchner, Daniel Muñoz- hasta Néstor Marcelo Ramos, el misterioso financista cordobés detrás de “la ruta del dinero K”, que hoy vive en Suiza y tiene pedido de extradición de la Justicia argentina.

Todo ese material de esta nueva filtración, que abarca el período entre 1999 y 2017, llevó un esfuerzo mayúsculo de procesamiento para reconstruir las historias detrás de cada dato. Más de 400 periodistas investigaron el material mientras el coronavirus se convertía en una pandemia, obligando a postergar varias veces la difusión de los FinCEN Files.

En total, son más de 2100 reportes de operaciones sospechosas (SARS, por sus siglas en inglés) que bancos y otros actores financieros enviaron a la unidad antilavado estadounidense. Muchos de esos documentos fueron parte de una investigación del Congreso de ese país sobre la posible injerencia de Rusia en sus elecciones presidenciales de 2016 que ganó Donald Trump.

Los documentos constan de varias decenas de páginas, variables según lo extenso de la operación. Comienzan con un listado de sujetos investigados por los bancos (personas y sociedades) seguido de una “narrativa” que explica las operaciones financieras. A veces con alto grado de detalle -cuenta por cuenta, giro por giro- otras veces con vaguedades y montos totales sin desagregar.

Los reportes de actividades sospechosas no son necesariamente conclusivos de conductas criminales o malas prácticas. Sí reflejan las alertas que emitieron bancos y otras entidades cuando las operaciones involucraron a jurisdicciones que Estados Unidos considera riesgosas o a personas bajo investigación judicial, o cuando se trató de volúmenes inusuales de dinero no justificado, entre otros motivos.

Reportes secretos

Los FinCEN Files aportan un pantallazo mundial sobre cómo opera el lavado de activos, el crimen organizado y la corrupción trasnacional, con datos precisos sobre políticos, magnates y empresarios de todo el mundo que mueven fortunas con la ayuda de los banqueros, financistas y cueveros, ante la impotencia -o la complicidad- de las instituciones que deben controlarlos.

Los reportes son súper secretos. En enero, Natalie Mayflower Sours Edwards, una empleada de la FinCEN, se declaró culpable ante un juez de los Estados Unidos por revelaciones no autorizadas. Su abogado, Marc Agnifilo, alegó que “Edwards actuó conmovida por cosas que consideraba importantes y no confió en que el gobierno estuviera haciendo lo correcto”, mientras que los fiscales dijeron que el material que ella había revelado aparecía en aproximadamente 12 artículos periodísticos. Pero BuzzFeed nunca dio a conocer la identidad de su fuente. De poco más de 40 años, Edwards recibirá su sentencia a fines de octubre.

Comparado con los más de 11,5 millones de documentos que integraron los Panama Papers, podría suponerse que los 2100 archivos que integran los FinCEN Files resultarían un desafío menor. En absoluto. Entre otros motivos, porque cada uno de esos reportes –repletos de información técnica- conforman la filtración más detallada de documentos que jamás salió del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Los FinCEN Files revelan, por ejemplo, maniobras de traficantes de opioides sintéticos, estafadores “Ponzi”, déspotas y corruptos. Detrás de cada delito financiero hay personas reales afectadas: desde familias que perdieron todos sus ahorros en artimañas financieras hasta víctimas del narcotráfico. El dinero sucio zigzaguea inexplicablemente a través del mundo; desde alguna empresa pantalla en Wall Street hasta algún paraíso fiscal del Caribe, una torre de Singapur o una financiera en Damasco.

El equipo argentino

El equipo argentino de FinCEN Files- integrado por LA NACION, Infobae y Perfil- detectó en un boletín informativo interno del organismo antilavado, bautizado “Cleptocracia”, operaciones del norteamericano Sean Sullivan. Es decir, el desarrollador que hizo una millonaria inversión hotelera en las paradisíacas islas caribeñas de Turks and Caicos con dinero negro de Daniel Muñoz, uno de los “valijeros” de las coimas durante el gobierno kirchnerista.

La filtración permitió determinar, además, que Marcelo Tinelli hizo transacciones con una firma de las Islas Vírgenes Británicas, uno de los paraísos fiscales más utilizados en el Caribe. Un vocero dijo que el empresario utilizó una cuenta no declarada “por discrepancias de interpretación” y que luego la sinceró en el blanqueo que impulsó Mauricio Macri.

Es un reporte de operación sospechosa de la FinCEN que señala a Marcelo Tinelli como uno de los sujetos que envió al menos una transferencia a cuentas de la sociedad offshore Meeral Assets

Los reportes muestran también que cinco años antes de que el presidente Fernández avanzara contra Vicentin, las autoridades antilavado de los Estados Unidos habían recibido una alerta por operaciones financieras entre la agroexportadora argentina y la multinacional Glencore, transacciones que Vicentin justificó como parte de su actividad comercial habitual.

El ex jefe de campaña de Trump

Ese material expone, por último, detalles sobre múltiples figuras internacionales. Por ejemplo, el exjefe de campaña de Donald Trump, Paul Manafort, quien fue condenado por fraude y evasión. En su caso, el JP Morgan Chase reportó movimientos de fondos entre Manafort y sociedades “pantalla” en septiembre de 2017; es decir, mucho después de que comenzaran a revelarse las sospechas de que lavaba dinero o sus vinculaciones con Ucrania y Rusia.

JP Morgan Chase, el mayor banco con sede en los Estados Unidos, también movió más de U$s 1.000 millones para un financista prófugo por el 1MDB de Malasia, uno de los mayores escándalos financieros de la historia; y más de U$s 2 millones para dos jóvenes magnates venezolanos acusados de apagones en su país. HSBC, en tanto, movió fondos de sospechosos de lavar dinero de Rusia y de una estafa piramidal bajo investigación en varios países.

Consultado por ICIJ, JPMorgan dijo que tiene prohibido contestar preguntas sobre clientes, pero aseguró que tomó un “rol de liderazgo” en “investigaciones proactivas de inteligencia” con “técnicas innovadoras para combatir el crimen financiero”. HSBC dijo que la información de FinCEN Files es previa a un acuerdo judicial por el cual el banco pagó una multa de $ 1.900 millones y se comprometió a combatir agresivamente el flujo de dinero sucio.

EL RANKING DE BANCOS POR VOLUMEN DE DINERO SOSPECHADO

Fuente: ICIJ

Pero, ¿cómo funciona –o debería funcionar- el sistema antilavado global? En teoría, cuando un desconocido quiere comprar ciertos activos, por ejemplo, un auto de lujo con dinero en efectivo, o cuando un cliente conocido empieza a mover muchos más fondos de lo habitual y no puede justificar su origen, los bancos, casas de cambio, escribanías, inmobiliarias y otros “sujetos obligados” deben avisarles a las autoridades especializadas. En la Argentina, los reportes son enviados a la Unidad de Información Financiera (UIF), que además puede intercambiar información con la FinCEN de los Estados Unidos en el marco de sus investigaciones.

Con esos reportes en sus manos, las autoridades antilavado deberían procesar la información y, si surge alguna conexión internacional, alertar a sus pares del país involucrado o afectado. Entonces, si en Suiza aparecen datos sobre movimientos sospechosos vinculados a un argentino, los investigadores suizos deberían avisarles a sus colegas de Buenos Aires.

Los reportes volcados entre los FinCEN Files, sin embargo, son escuetos. A veces solo incluyen un domicilio o un número de cuenta bancaria. Eso obligó a reconstruir operaciones complejas abrevando en registros societarios, expedientes judiciales, contratos, archivos periodísticos, entrevistas a funcionarios, exfuncionarios y expertos, y consultas a los propios involucrados, entre otras opciones.

Todas esas operaciones comparten un principio básico que las autoridades comprenden: el dinero sucio puede dar la vuelta al mundo y esconderse detrás de múltiples sociedades “pantalla” pero, en última instancia, tiene que terminar en el bolsillo de sus verdaderos dueños. Esa es la ruta que tienen que detectar, rastrear y detener los expertos. Los FinCEN Files demuestran que no siempre lo logran.

El equipo argentino que trabajó FinCEN Files con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación está integrado por Maia Jastreblansky, Iván Ruiz, Ricardo Brom y Hugo Alconada Mon por el diario LA NACION, junto a Mariel Fitz Patrick (Infobae), Sandra Crucianelli (Infobae) y Emilia Delfino (Perfil).