La ciudad de Buenos Aires se nos muere: ES IMPERIOSO CREAR EN OTRO LUGAR LA CAPITAL FEDERAL

Este es el relevamiento realizado por nuestro director de toda la zona que alcanza el megaproyecto. Este es el ingreso a la localidad de Ulapes en La Rioja, desde donde partiría el megaemprendimiento de la nueva capital de los argentinos. (Foto: Exclusiva de EL SOL ABC).

——————Por Luis Mendoza *

Cuando en 1955 el arquitecto brasileño Lúcio Costa presentaba su megaproyecto de un nuevo distrito federal al entonces presidente brasileño Juscelino Kubitschek, muchos intentaron disimular esas socarronas sonrisas en el Palacio de Gobierno de Río de Janeiro.

Por aquel entonces ciudades como San Pablo y Río de Janeiro habían entrado en un proceso de colapso, porque cada vez era más difícil mitigar los problemas de la gente. Barrios periféricos donde no se tenía agua y electricidad, por la acumulación indiscriminada de población migrante del interior de Brasil.

También los datos estadísticos sobre analfabetismo y delincuencia eran directamente proporcionales a las oleadas de marginales que buscaban refugiarse del peso de la ley en estos centros poblados. Pero valió más la gran visión política de aquellos dirigentes, que pensaron y proyectaron para 500 años más adelante. Si hoy, por los resultados, definimos el estatus y el poder homologados por Brasil, es bueno certificarla como la gran potencia de América del Sur. Más allá de cualquier circunstancia y yerros, que los tuvo y muchos. Pero hoy Brasilia es una ciudad súper moderna y fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987, eso es incontrastable.

Este prologado tiene su clarividente explicación. Si pensamos que Argentina no debe quedarse atrás de Brasil, de Venezuela, de Colombia o de Chile, es tiempo plantearnos una nueva Capital Federal. Ello no evitaría los descreídos comentarios ni esas patibularias denostaciones de los propios “perjudicados”: los porteños.

Se sabe que la ciudad de Buenos Aires es la ciudad más rica y populosa de la Argentina. Y gracias a ese auge durante los últimos 50 años millones de personas se fueron acomodando, en una suerte de desordenado mapa, a la buena de Dios, unas 15 millones de personas. Conocido vulgarmente como el Gran Buenos Aires.

En estos tiempos modernos de internet y de la multiplicidad de medios de comunicación no dejamos de solazarnos malamente por la mala vida que llevan estos argentinos. Así apoltronados unos sobre otros, ricos y pobres respiran los “malos aires” de la putrefacción que emanan sus cloacas desbordadas, las cañerías de agua contaminadas, los servicios de trenes desquiciados, sus subterráneos obsoletos y peligrosos, el aire contaminado por millones y millones de partículas desechadas por un cordón industrial contaminante. Pero lo más peligroso y hasta oprobioso para la salud de sus habitantes es ver a éstos tras gruesas y artísticas rejas de hierro “refundido”.

 

La muerte lenta de una ciudad

Mapa de la región comprendida por el sur de la provincia de La Rioja, desde Ulapes, hasta la franja Norte de la provincia de San Luis desde Quines hasta casi San Juan y también desde Cura Brochero en Córdoba, todo por la ruta nacional N° 20. (Foto: Imagen Mapas Argentinos).
Ruta nacional 79, desde La Rioja, antes de ingresar a la provincia de San Luis por el norte. (Foto: Exclusiva de EL SOL ABC).
Este es el relevamiento realizado por nuestro director de toda la zona que alcanza el megaproyecto. Este es el ingreso a la localidad de Ulapes en La Rioja, desde donde partiría el megaemprendimiento de la nueva capital de los argentinos. (Foto: Exclusiva de EL SOL ABC).
Trayecto de la ruta nacional 79, antes de llegar a Quines en San Luis.
La vastedad territorial propicia por su tamaño, clima y planicie acordes para el asentamiento de un nuevo cordón urbano. Si vieran esto los japoneses, son capaces de “comprarlo”. Esto es ya sobre la ruta nacional N° 20 en San Luis. (Foto: Exclusiva de EL SOL ABC).
Este es el ingreso a la localidad de Quines, en la provincia de San Luis, sobre la ruta nacional N° 20. (Foto: Exclusiva de EL SOL ABC).

Mientras los gobiernos y la dirigencia se contradigan en el irresolutismo absoluto, miles de comunicadores seguirán “vendiendo” las bondades de la gran ciudad. “A sólo 30 minutos de la Capital, Parques del Buen Ayre, la exclusividad total para la familia”, así vende la publicidad un “exclusivo country” de las afueras de la Capital. Y ello nos lleva a auscultar más plenamente por el interior mismo de este emporio de la habitabilidad y la felicidad. Tras la fachada —como fino restorán de la exclusiva Recoleta, donde las cucarachas alardean en la cocinas de haber conocido al mítico Carlitos Gardel— esa felicidad está embadurnada de suelos enfermos y contaminados por los desechos cloacales de los ríos La Matanza, Riachuelo, Luján y Reconquista. Las napas agrietan cañerías y enferman disimuladamente a estos argentinos que no ven la realidad.

Entonces, debe abrírsele la cabeza a algún genio dormido para plantear estas realidades que nos siguen soterrando a niveles insospechados y que cada vez nos aleja más de la cercana felicidad; si de ello se trata.

 

Bolsones de pobreza que esconden al hampa

Muchos advenedizos hablan de la falta de policías, de la inseguridad, de la delincuencia indiscriminada y de las fallas de la Justicia. Pero esto siempre lo tendremos; porque una cantidad insospechada de factores convergen para arrastrarnos de los pelos tras esas rejas que nos convierten en prisioneros en nuestras propias casas. Claro que estamos hablando de la “liberté de Montesquieu”!!

El primer punto del desastre en sus comienzos, lo pergeñan los sucesivos rompimientos del orden constitucional por los militares, quienes utilizaron por aquellos días a los policías en todos los “trabajos sucios” que se pudieron dar. Así las cúpulas policiales comenzaron a ver que tenían un poder paralelo –casi reglamentado desde esas altas esferas de “Gobierno”—, porque su “mano de obra” no era gratuita. Entonces, mientras “el gato está de cumpleaños, los ratones están de fiesta”. Lo nefasto para la ciudadanía es que esto fue haciéndose como perenne y obligatorio: ningún jefe policial puede ser pobre, tanto en la Federal como en la Bonaerense. Por ello grandes capas de delincuentes, a la sombra de la “maldita policía”, formaron las grandes bandas de piratas del asfalto, los “banqueros del Checonato” (expertos en salideras de los bancos), las bandas de secuestradores, de narcotraficantes, la mafia china, la mafia boliviana, la mafia paraguaya.

Así de infestada está la “orgullosa” Buenos Aires, que todos siguen chapoteando el barro de lo obsoleto y de la incongruencia. Porque aunque se quiera dividir, la Capital Federal y el Gran Buenos Aires es una sola urbe de más de 15 millones de sufridos y enfermos habitantes.

Este hermoso inquilinato para la delincuencia y las enfermedades necesita ser derrumbado, para que no siga siendo el imán para hordas de pobres y necesitados.

 

Geológicamente es inadmisible

Un factor importante para estudiarse es que los suelos de Buenos Aires no están preparados para seguir soportando grandes construcciones. Los materiales que componen el subsuelo bonaerense lo convierten en el lugar ideal para los cultivos o zonas de pastoreo, pero no para adosarle toneladas y toneladas de hierro y cemento. Es por ello, que los sucesivos gobiernos o intendencias de Capital Federal no dan con el “agujero del mate” con los reiterados problemas de las lluvias estivales. Ninguno de los barrios o sectores de la ciudad están preparados para soportar grandes masas de agua que sobrepasen los 60 mm. El suelo no escurre el líquido acumulado por el enorme tonelaje de la presión edilicia, además porque los suelos preponderantemente compuestos de humus y carente de rocas han ido deformando las napas acuíferas. Saturándolas hasta el extremo, además de la contaminación reinante porque en pocos kilómetros cuadrados está asentado casi un 75 por ciento del cordón industrial del país. Esto hace que la ciudad de Buenos Aires sea la ciudad que peor calidad de vida entrega a sus habitantes. Todo ello incide para que se piense en el proyecto que esbozo.

 

¿Dónde podría ubicarse la nueva Capital?

Así como Brasilia sirvió para el desarrollo del interior de Brasil, una nueva ciudad capital ayudaría a descomprimir, en todo sentido, a la “otrora” reina del Plata, permitiendo adecuarla para el turismo.

En sus primeras etapas muchos ciudadanos paulistas y riojaneirenses (cariocas) estimaron que sus ciudades irían a perder peso e importancia geopolítica en Brasil, sino que ocurrió todo lo contrario. La creación de una nueva ciudad ayudó al desarrollo de un nuevo polo, porque la misma fue construida mediante un proyecto moderno y futurista, donde se amalgamaron los tres poderes principales del Estado brasileño. También dio lugar a la creación a una gran de red ferrovial y una enorme cantidad de ciudades satélites que nacieron al influjo de Brasilia.

De idéntica manera, se puede utilizar el territorio del norte de la provincia de San Luis, una parte del noroeste de la provincia de Córdoba y el Sur de la provincia de La Rioja, que abarcaría un zona deshabitada de 300 mil metros cuadrados, que va desde el punto de 32 ° de latitud sur y el paralelo 66° de longitud Oeste y es recorrida por las rutas nacionales 79 por el norte, desde la localidad de Ulapes (La Rioja) y desde el noroeste desde las localidades cordobesas de Villa Dolores y Cura Brochero, desde donde proviene la ruta nacional N° 20 y toma casi todo el departamento Ayacucho en la provincia de San Luis, cruzado por el río Conta, que hace de divisoria entre San Luis y La Rioja. Por esta ruta se llega a la provincia de San Juan y se cruza la localidad de Quines en San Luis.

Esta región puntana está en la parte central del territorio argentino y es una de las de menor densidad poblacional. Sólo contiene un paupérrimo 5 habitantes por kilómetro cuadrado. Asimismo, el clima es propicio porque es templado seco.

Lo interesante de la propuesta, estudiando los recursos con que cuenta el país y la inversión que tendría que llevarse a cabo (que está definida en la sección correspondiente del proyecto), es una de las más bajas y debería acondicionarse sólo a la infraestructura de la “nueva ciudad” o de la “nueva Capital”.

Sin menoscabar las posibilidades de otros territorios en otras provincias, se elige este sector de la Argentina porque estratégica y territorialmente es el que mejores condiciones ofrece para la creación de una nueva ciudad. La idea es no sobredimensionar una ciudad ya establecida, sino que el proyecto encara directamente la “creación total” de una nueva ciudad. Allí está el núcleo de la perfección de la idea. Porque de esa creación estaremos poniendo los cimientos del diferente desarrollo para nuestro país para los próximos 200 años.

En estos momentos tantos jóvenes sin esperanza, sin un norte, esperan razones valederas para no caerse en el abismo, para creer que las utopías son gotas de lluvia que esperan mojar el rostro de los desesperanzados.

Este proyecto fue realizado por quien escribe la nota en 2013 y pospuesto por distintas circunstancias ajenas a mi voluntad, pero hoy toma relieve cuando por la pandemia del Covid-19 podemos ver y analizar el “tremendo problema que causa poder controlar un mal ante tantas poblaciones construidas sin un orden o proyecto y que a los gobiernos de turno se les va convirtiendo en un incontrolable ‘nudo gordiano’. Es hora de tomar decisiones fundamentales para relanzar de una vez y para siempre este viejo anhelo de cientos de hombres de la ciencia, de la cultura y de la política, de la misma historia, que siempre tuvieron opiniones en este sentido”. Ya la mecha está prendida y son los gobernadores de los estados provinciales nombrados los que deben ser los impulsores de este megaproyecto, porque los primeros beneficiados serán los habitantes de esas provincias, pero también los de la provincia de Buenos Aires, que verán emigrar a miles hacia otros puntos donde les ofrezcan mejores condiciones de vida. También los habitantes del NOA y NEA, porque con la instalación de este nuevo cordón político, social y educativo, se podrá potenciar una serie de autopistas que las lleve a la nueva capital como proveedoras de materias primas y de servicios, a sólo 900 km de distancia y no los casi 1.700 km que tienen ahora con la ciudad de Buenos Aires.

Bueno, a no dudarlo; entonces, manos a la obra.

 

(*) Es autor del proyecto realizado en 2013, es además director periodístico de EL SOL ABC; ha sido también creador de varios medios de prensa; fue corresponsal de The Miami Herald en La Paz (Bolivia); trabajó además en El Tribuno de Salta; fue productor de programas de TV y radio en Salta y Jujuy.

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NdR: Esta nota contrasta con el proyecto de Traslado de la Capital Federal, que en 1986 intentara infructuosamente llevarlo el ex presidente Raúl Alfonsín. Era en la ciudad de Trelew en la provincia de Chubut. Existe otro presentado por el ex diputado nacional por Córdoba, Alberto Asseff, para que sea la ciudad de Río Cuarto la nueva capital. Este proyecto se presentó en 2014.