BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Servando Sanmartín). Existe falta de dominio sicológico de una situación que se les va de las manos a todos los sectores macristas y de derecha neoliberal, porque ven imposible que su espacio gane o recupere lugares de preponderancia dentro del esquema que pudieron armar para ganar las elecciones de 2015. Y eso los pone locos, tanto que su situación entra para el análisis de algún experto en sicología analítica, que se agarran de dónde pueden y de donde los “focus group” de Cambridge Analytica Consulting, empresa contratada por quienes están detrás de Juntos por el Cambio, les indica hablar.
Ahora salió a hablar un tal Pablo Musse, padre de Solange Musse, quien falleció víctima de cáncer, y porque “no pudo despedirse de su hija”, culpa un poco más de la muerte de su hija al presidente Alberto Fernández. Ese señor que quizás tiene todo el dolor del mundo y que está bueno que exprese ese dolor. Pero otra cosa distinta es salir a decir que “el presidente le mintió a él y a su familia, cuando precisamente se lo cuidó para que no saliera, como también a su familia, para que no se contagien”. Razón que hubiese sido distinta, si es que el “presidente Fernández haya ido a su casa, lo haya contagiado a él y al resto de su familia”. Entonces, este señor Musse distorsiona la realidad, porque en verdad él es otro macrista que siente cercenada su libertad y que no dice que es macrista, sino lo que le importa es defenestrar la figura presidencial y, por ende, a un Gobierno nacional que ya va por casi los 40 millones de vacunados y que en este mes tratará de cumplir con todo el resto, tanto en primera y segunda dosis. Pese a todos los inconvenientes que hay en el mundo para conseguir las famosas vacunas.
Entonces, señores, a los del Gobierno, no se puede darles caldo de cultivo a estos facinerosos que quieren ver hundidos, primero a la Argentina y luego a su Gobierno, porque ya lo demostraron en los 4 años que gobernaron: que no les importa el país y menos su gente. Desataron una orgía de préstamos y miles de corruptos hechos, que desmembraron al Estado para usufructo propio y no de las grandes mayorías. Sólo dos ejemplos muy claros: pagaron una deuda de 1.300 millones de dólares al 7 % de los buitres, reconociéndoles casi 19 mil millones. Otro ejemplo, la quiebra fraudulenta del grupo exportador de granos en Santa Fe, Vicentin: sacaron préstamos al Estado, a días de irse del Gobierno, por más de 300 millones de dólares. Y hoy existe un tendal de medianos y pequeños productores de Córdoba y Santa Fe con deudas hasta el cuello, pero la culpa es del Gobierno.
Finalmente, señores, hay algo que funciona mal en el Gobierno y es la comunicación, donde se pierde el tiempo en contestar las animaladas y mentiras de una oposición, que está “rota, sin rumbo y no sabe qué proponer al país”. Entonces, algo hay que hacer muchachos.
