BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Tras el rechazo de la jueza María Eugenia Capuchetti al pedido de recusación de la defensa de la víctima, Cristina Kirchner, del acto terrorista más grave de los últimos 50 años en la Argentina que se cometiera contra un ex presidente y actual vicepresidenta de la Nación, diciendo que “siempre soy una juez imparcial y que he realizado todas las investigaciones que tenía que hacer”, hay algo que no se hizo y por eso el pedido de apartamiento.
Y eso lo vienen repitiendo diferentes actores de la vida política nacional, principalmente del Peronismo –porque existe una oposición ciega y odiadora, que es manifiestamente cómplice del acto terrorista que no dice nada— de: ¿por qué la jueza Capuchetti no llamó al diputado macrista Gerardo Milman ni solicitó los teléfonos de Gómez Mónaco, Bohdziewicz y Mroue para investigarlos?, cuando existe una denuncia como acusación directa de un testigo encubierto. Esto es lo que debiera responder claramente, al pueblo argentino la jueza Capuchetti, para de esa forma demostrar que es una “jueza imparcial”.
Mientras tanto, diversos medios de tirada nacional dicen que “la jueza federal presentó un escrito de 43 páginas en el que repasó todas las medidas que dictaminó desde que está al frente de la causa. Allí, Capuchetti rechazó las ‘descalificaciones’ de la querella y sostuvo que el único sustento del planteo es la “disconformidad” de la querella ‘con la investigación’ “.
“La presunta parcialidad de la suscripta que fuera alegada por la querella, no vislumbra correlato alguno con datos objetivos de la pesquisa, que permitan fundar la posible existencia de un temor de parcialidad de esta jueza”, sostuvo la magistrada en la resolución a la que accedió Télam.
“Mi imparcialidad se mantiene indemne y jamás se ha visto siquiera potencialmente afectada, ni en los hechos ni en el ánimo de la suscripta, por el manto de sospecha que la querella ha intentado deslizar en torno a mi rectitud en la función de jueza que ejerzo y seguiré cumpliendo”, destacó la jueza.
Lo que no se cumple en la realidad, ya que las testigos, que mintieron en la primera declaración como testigos de la reunión con Milman, no se les pidió sus teléfonos mínimamente para investigar. ¿Entonces de qué “imparcialidad” habla la jueza Capuchetti?
