MADRID, España (Especial para EL SOL ABC-Por El Alicantino). Estamos hasta los huesos con esto de que “Rubiales sí, Rubiales no”. Si hasta en el extranjero se nos ríen, más que por las corridas de toros o por la “Aserejés”, porque nos estamos volviendo un pueblo muy común, que no tenemos agua, o cuando la tenemos la tenemos por demás. Pero, mientras tanto, “le demos con el pitón de un toro a Rubiales”, que tuvo la mala fortuna de quedar flechao con la Jenni, que “es más linda jugando que tenerla enfrente”, pero bueno el pelao se ha enamorao de ella y qué le puedes decir tío.
Lo único malo y pecado mortal, es no habérselo dicho a la Jenni con muchísima anticipación. Y a los sin pecado original de mis paisanos, que están subidos en una mojigatería monumental tratando de quedar “bien con el mundo” porque quieren “enterrarlo pa’ siempre al Rubiales”, como una forma de exculparse de los tremendos “palos y pullas” a las que someten a las mujeres mis compatriotas, pa’ luego asesinarlas también. De ello sí nos tendríamos que preocupar los españoles en verdad y no de un Rubiales, que hasta pidió perdón.
Lo que pasa, es que cada vez nos hemos puesto en evidencia ante el mundo: somos pobres, ya no tenemos las minas de oro de los incas, ni su petróleo ni sus diamantes, que ahora tenemos que inventar fiestas y toreadas pa’ atraer divisas y de paso darle pa` que se acuerde al Rubiales, por haberse enamorao de la Hermoso, que pa’ el colmo de los santos culebrones de Batman se va a jugar a México. Yo creo que entre ambos se van a comenzar a extrañar. Y con el paso de los años, cuando el pelao pinte sus canas, se los verá regordetes y con sendos críos a la vera de una playa de alguna isla desconocida de las Canarias.
Ah, ¿no? Ha comenzado a correr el reloj.
