LA PAZ, Bolivia (Especial para EL SOL ABC-Por Negri Antelo). Siempre se supo que los agentes de EE.UU. siempre son comprados con buenos sueldos en distintas organizaciones, ongs, fundaciones y empresas ligadas a las embajadas norteamericanas en cada uno de los países latinoamericanos donde éstas tienen intereses económicos, por eso buscan incidir políticamente de forma permanente.
Ahora salió otro actor silencioso, que está entrometido en los hogares de nuestros países, sumado a los medios locales que viven de la pauta comercial insinuada, que es CNN. Porqué digo esto: porque salió a cometer apología del delito, por la cual se sumó a la intensa campaña contra el MAS, contra Evo Morales e indirectamente contra el Gobierno de Luis Arce Catacora.
Con ello, la emisora de “noticias” norteamericana salió a reportear a la hija de Jeanine Áñez, Carolina Ribera y a su abogada Niurka Cuéllar Torrez y en los comentarios de la periodista Valeria de CNN ayer a la madrugada, cerca de las 5 de la mañana, trató de llevar los comentarios de Carolina hacia que “existe una manipulación de la Justicia por parte de Evo Morales y el MAS”.
Por supuesto que Ribera, en defensa de su madre, obvíe datos duros de la realidad, por lo que sus declaraciones pueden tomarse por su falta de conocimiento de los hechos o por su directa defensa de quien es su progenitora. Pero que se sume a ello, su letrada Cuéllar Torrez, es un caso que demuestra hasta dónde juega CNN en español para manipular conciencias, ya que el plan general de EE.UU. y con todos sus agentes a su servicio, es lograr la desunión de los pueblos latinoamericanos, porque de esa manera siguen manejando las economías y las políticas de los países, que ellos consideran “su patio trasero”. Qué mejor ejemplo: lo del avión venezolano detenido en un aeropuerto de Buenos Aires.
Pero sería bueno que CNN en español entreviste a la ex presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, que es quien directamente tendría que haber asumido ante la renuncia del entonces presidente Evo Morales Ayma el 10 de noviembre de 2019. La misma Salvatierra declaró en varios medios nacionales e internacionales, que “yo no asumí, porque momentos antes y durante el golpe me fueron a ‘visitar’ a mi casa miembros de la Policía Nacional y del Ejército, que era inconveniente que yo asumiera, y que para evitar mi detención debiera abandonar cualquier tipo de protesta y postura en favor del Gobierno caído”.
Así es que Carolina Ribera dijo: “Mi madre está sufriendo una pena injusta, ya que gracias a ella se evitó una guerra civil; porque ella asumió cuando nadie quería hacerse cargo del gobierno”. A lo que luego agregó: “Por eso creo que esta justicia está manejada por los comunistas del MAS y por Evo”. Claro que no recuerdan lo que dijo muy claramente la congresista Salvatierra.
Cómo será que la Justicia es “manejada”, que la Fiscalía de la Acusación pidió “una pena de 15 años de prisión”, pero el Tribunal le dio 10 años de prisión, que además es apelable, mientras que el “gobierno de Áñez” vejó, persiguió y metió presos a opositores, como confiscó bienes, “además de alentar a las fuerzas de seguridad para que produjesen las matanzas de Sacaba en Cochabamba y de Senkata en El Alto”. De eso no pregunta CNN sospechosamente.
En la nota de referencia realizada por CNN dijeron las entrevistadas, también, que “vamos a recurrir a todos los tribunales nacionales e internacionales, porque en Bolivia se han violado todas las garantías constitucionales que protegen a mi madre y, además, porque esta justicia responde al MAS y a Evo Morales, que son comunistas y eso no queremos para nuestro país”, dijeron.
Mientras tanto la movida de CNN se comprueba porque ha conseguido notas en favor de la sentenciada Áñez, como la de la ex presidenta de Costa Rica Laura Chinchilla y de otros personajes, mientras delante de sus narices se mueven los huidos ex ministros del régimen de Áñez, Arturo Murillo y Fernando López. El primero actuó como ministro de Gobierno y el segundo, fue ministro de Defensa. Claro que no son los únicos huidos de la Justicia nacional.
