CIUDAD DE CÓRDOBA (Especial para EL SOL ABC- Por Pedro Humberto Juárez). Juan Schiaretti cree que va a vivir hasta los 200 años o algo más. Una persona que está en la política hace casi 50 años y sigue “hablando tal cantidad de boludeces, tratando de defender sus campos de soja, mediante testaferros, y los de la numerosa parentela, cuando debiera estar tomando mate a la vera de un río o viajando por el mundo junto a sus nietos, se enfrasca en una lucha estéril contra el verdadero peronismo que es el kirchnerismo, que pregona casualmente: independencia económica, justicia social y soberanía política”.
Pero para entenderlo a este viejo angurriento macrista, es bueno retroceder en el tiempo y buscar el “hilo del tiempo” en su biografía, que en sus épocas de estudiante en la Universidad Nacional de Córdoba supo ser dirigente del peronismo revolucionario, por lo cual tuvo que huir a Brasil en 1976, junto a José Manuel de la Sota, e instalarse en Río de Janeiro. Allí muerto de hambre y comiendo salteado por lo poco que podía conseguir de changas en los mercados y vendiendo cualquier cosa en la calle, es que conoce a uno de los gerentes de SOCMA, que ya tenía base en Brasil y consigue trabajo de administrativo en la empresa FIAT, que en la Argentina era parte del grupo SEVEL, y parte del holding SOCMA de Franco Macri. Allí es que se convierte “en un olfa importante del padre de Mauricio y escala hasta ser gerente”.
Por haberlo salvado en Brasil, luego cuando ingresa Menem a la presidencia, luego de la renuncia de Alfonsín, Schiaretti por pedido de Franco Macri pasa a trabajar en la Secretaría de Comercio Exterior –lugar clave para hacer la vista gorda al contrabando de autopartes y vehículos instaurado por Franco Macri— y allí se comienza a gestar como “el peronista que nunca fue, sino que un hábil paracaidista acomodaticio y con unas ganas “tremendas de progresar” (económicamente).
Pero lo peor de este Schiaretti, es que le “miente totalmente al pueblo cordobés. Primero habla de federalismo y que el Gobierno nacional no le da a Córdoba todo lo que le pide, cuando es la provincia con más obras de la Nación en estos momentos. Luego dice que ‘los cordobeses estamos cansados de pagar impuestos’, cuando sabe perfectamente como gobernante que todo el soporte económico de las obras que la Nación financia en Córdoba sale de los impuestos que el Estado cobra”.
Tampoco dice que el glifosato inyectado en la mente y pulmones de los cordobeses está produciendo cada día más personas enfermas y con menor inmunidad a otras enfermedades. Por supuesto que el “entenado dilecto” de Franco esto poco le importa y arrastra como un lastre su angurria, pensando que nunca se va a morir.
El pueblo cordobés debe salir de toda esta dirigencia que no juega en su favor, sino que sólo son representantes de grupos oligárquicos y de corporaciones como Monsanto y Cargill, que todo lo ganado en suelo argentino lo fugan al exterior. De eso debería hablar “Angurria” Schiaretti.
