PROSTITUCIÓN WEB: revelan chats de la mujer que pactaba citas y luego extorsionaba a clientes

Alertan a hombres que consumen prostitución por la web, que un nuevo tipo de estafa ha comenzado a surgir. (Foto: Contexto).

PERGAMINO, Buenos Aires (Especial para EL SOL ABC). Un hombre denunció que fue estafado por una trabajadora sexual que hace sus contactos por medio de las redes sociales.

El hecho se conoció ayer, cuando L.R. –reservamos el nombre del damnificado—denunció que fue estafado y extorsionado cuando intentaba concretar un encuentro sexual, la víctima decidió romper el silencio desde el anonimato y revelar lo sucedido hace poco más de una semana.

L.R., de 38 años, que prefirió resguardar su identidad a la hora de narrar una historia en la que fue obligado a transferir $ 20.000 (previo a pagar otros $ 7.000) para evitar ser parte de una presunta causa judicial que investigaba una red de trata de personas.

L.R. se daría cuenta algunas horas después de que todo era mentira, incluso el aviso de la trabajadora sexual, a quien contactó por WhatsApp luego de encontrar una publicación en el sitio de citas “Skokka”.

“Soy independiente, trabajo por mi cuenta, hago telos, también domicilios. Obvio por si te sentís cómodo también brindo servicio en mi departamento, amor”, le contó “Gisel”.

La primera charla entre ambos ocurrió la noche anterior al encuentro pactado.

Al hombre lo sedujo esta última oferta: concretó el encuentro para la mañana siguiente en el departamento de “Gisel” y accedió a pagar $ 5.000 por una hora de servicio. “¿Tenés cbu?”, preguntó L.R. Ella contestó que sí. Luego le indicó que le avisara si efectuaba la reserva así su horario quedaba confirmado.

Al día siguiente, precisamente a las 9.19 de la mañana, “Gisel” volvió a escribirle a L.R. En su mensaje adjuntó una captura de una transferencia por Mercado Pago y le dijo: “Amor, te mandé mensaje porque recién me terminan de hacer una reserva de $ 8.000 para estar una hora y media. Decime si lo cancelo y te quedás vos o te devuelvo la plata para que no haya problemas”.
La cancelación de la que hablaba “Gisel” con su otro cliente no era gratis para L.R., dado que para que eso ocurriera él debía aumentar la cifra antes de presentarse en el departamento de la calle Luzuriaga, entre Pinto y avenida de Mayo.

“Aboname el resto que lo cancelo y te venís. Ahí te envío la dirección”, insistió ella. L.R. completó la tarifa con otros $ 2000. Sin embargo, al presentarse en la dirección, “Gisel” nunca apareció.

Tras el encuentro sexual fallido, otro mensaje despertó una nueva pesadilla

L.R. esperó, llamó, escribió e insistió sin ningún tipo de respuesta. Se resignó sin saber que la pesadilla comenzaría después de su fallido encuentro sexual, al recibir un mensaje -también por WhatsApp- de un número desconocido.

 

Entra a terciar cómplice

Quien se presentaba era Walter Robles, asegurándole que era un capitán de la Policía Federal Argentina, miembro de una investigación que buscaba ponerle fin a una red de trata de personas y pornografía intanfil.


“Me comunico desde el Departamento de Cibercrimen de la Policía Federal Argentina, a los efectos de notificarle que se ha iniciado una causa caratulada como ‘Trata de personas s/ Investigación preliminar’”,
sostuvo.

“Hechas las averiguaciones del caso, conjuntamente con la Fiscalía especializada en delitos contra las personas y los allanamientos llevados a cabo en las últimas horas, se han constatado varias menores reportadas como desaparecidas y que fueron publicadas en una página de escorts”, continuó.

“En cuyos celulares secuestrados figuran, en sus últimos chats de WhatsApp, conversaciones que lo incriminarían a usted en ser parte de una red de trata de personas y venta de pornografía infantil”, completó.

Robles obligó a L.R. a comunicarse con él “a la brevedad” para explicarle cuáles eran los pasos que debía seguir.

“El primer depósito que hice de la extorsión fue de $20.000. Me asusté bastante”, dijo L.R.

La víctima apagó su teléfono y dejó pasar varias horas para tranquilizarse y entender lo que estaba ocurriendo. Al prenderlo nuevamente, notó que el hostigamiento era incesante. Robles un nuevo depósito de $ 75 mil.

Pagando y luego se puso a pensar que no había hecho nada y se dio cuenta de la trampa en que había con la ahora famosa “Gisel”.

Finalmente, desde las redes alertan a los “hombres putañeros” no trenzarse con ninguna relación mediante las redes sociales, porque la mayoría son engaños por bandas de mujeres y hombres que buscan hacerse con dinero fácil.

Fuentes: Contexto-TN