PERÚ: temen que Castillo sea otro indio como Toledo, que en el Gobierno se olvide de sus promesas; si logra inteligentemente encauzar esta revolución silenciosa habrá un cambio radical

Pedro Castillo, el docente rural peruano que dio un batacazo en su país, al derrotar a Keiko Fujimori por estrecho margen. La tendencia es irreversible, dicen. (Foto: Getty Images).

LIMA, Perú (Especial para EL SOL ABC-Por Nicanor Fanor López). Seguro que el maestro de campiña, Pedro Castillo, ganará las elecciones de forma muy ajustada, pero las ganará, porque los votos que faltan contar son de poblaciones afines a sus propuestas y pertenecen al Perú profundo, al Perú pobre, al Perú hostigado y mentido por tantos años de corrupción neoliberal. Todos quisieron ponerle fin a esta revolución silenciosa que nadie vio venir. Tantos años de “engaños, falsas promesas, medios hegemónicos, encuestas pagas, presiones de las embajadas norteamericana e israelí, como británica”, hicieron que siempre se postularan “representantes o mandantes de la oligarquía peruana, una de las más corruptas del continente”, que además está aliada con el tráfico de armas, trata de blancas y con el narcotráfico”.

Si esto logra Castillo, que es doblegar y torcerle el brazo a este establishment por demás pesado y que ahora tiene mucha fuerza en el Poder Legislativo, habrá un nuevo Perú. Sino todo será como con Ollanta Humala o con Toledo, un indio ilustrado pero que se jactaba de haber estudiado en las grandes universidades norteamericanas y que había sido empleado de algunas de sus corporaciones. El peor remedio para el país del sol.

 

Nace una esperanza

Aunque muchos otros pronostican que Castillo es la bisagra en la historia de Perú.

Mientras tanto, en Europa, los medios del establishment económico mundial, como la BBC News dice de Pedro: “Llegó a votar el domingo a caballo y siempre lleva un sombrero de paja de ala ancha y un lápiz. Pedro Castillo irrumpió en la escena política peruana, logrando la mayor cantidad de votos en la primera vuelta de las presidenciales y, de paso, desconcertando a gran parte de la élite del país sudamericano.

’’Nacido en Cajamarca, en la sierra norte de Perú, el candidato de 51 años se postula por Perú Libre, que se define como un partido de izquierda marxista.

’’Su estilo es muy diferente al de otros candidatos, en especial al de la que será su rival en la segunda vuelta en junio, Keiko Fujimori.

’’Es ex rondero (miembro de las rondas campesinas, unas organizaciones comunales de defensa), profesor de enseñanza primaria desde 1995 —con un magíster en Psicología Educativa—, y un importante líder magisterial.

’’Suele trasladarse montado arriba de un caballo y tiene su base de apoyo en las zonas rurales peruanas.

’’A pesar de que hasta hace poco era relativamente desconocido en Lima —y de tener solo 3.000 seguidores en Twitter—  Castillo logró lo inesperado: conquistar a parte del pueblo peruano y consolidar su liderazgo de cara a la segunda vuelta presidencial”.

 

¿Cómo llegó a ser candidato?

Castillo adquirió notoriedad en 2017 al dirigir una huelga de profesores en varias regiones del país que se extendió por 75 días. Los manifestantes exigían, entre otras cosas, un aumento de sueldos para los maestros peruanos.

Tres años después, en 2020, anunció su candidatura presidencial representando a Perú Libre luego de que el líder de ese partido, Vladimir Cerrón, fuera inhabilitado y condenado a tres años y nueve meses de prisión suspendida por negociación incompatible y aprovechamiento del cargo cuando era gobernador de Junín.

Castillo ha dicho que la condena contra Cerrón forma parte de una campaña de “la corrupción” del Estado, en lo que califica “persecución política”.

La candidatura de Castillo creció sobre todo en las dos semanas previas a las elecciones.

“Hay mucha gente que ha subestimado a Pedro Castillo, inclusive en el partido, en la izquierda criolla y los partidos de derecha”, dijo Cerrón al diario peruano El Comercio.