PUNTA DEL ESTE: el futuro es sombrío para la derecha sudamericana, sólo le quedará refugiarse en el último bastión, por sus desacertadas políticas públicas

El presidente urguayo Lacalle Pou, cobertor de la huida de Pepín Rodríguez Simón, recibió la visita de Bullrich y Pinedo, que parecen atisbar el lento y grave deterioro por sus posturas violentas y de odio. (Foto: Twitter).

PUNTA DEL ESTE, Uruguay (Especial para EL SOL ABC-Por Servando Sanmartín). Su propio convencimiento es el peor de sus enemigos. Están empecinados en convencer a los pueblos latinoamericanos que con el garrote y la corruptibilidad van a convencer a los pueblos que fueron saqueados y hambreados, y ahora pretenden que les sigan tras dejar una retahíla de gruesos y graves errores, como el intento de magnicidio de la Vicepresidenta Cristina Kirchner.

Y para colmo se rodean de una bolsa de zánganos que no les interesa tener una visión a largo plazo, sino que obturan cualquier campo de discusión evolutiva sólo con diatribas y fake news, que los destruye lentamente y no hacen ningún aporte a la causa de la derecha. Al final, se está viendo que no son políticos, sino que son meros operadores, agentes y alfiles de intereses ajenos, tan lejanos a las costumbres de los pueblos que quieren “conquistar”. Vana y errada tarea.

Así, el último bastión que le quedará a la derecha será esta ciudad de la costa uruguaya.

Lo que sucedió en Brasil con la reelección por tercera vez a Luiz Inácio Lula da Silva los ha puesto en una situación de locura política, porque se dieron cuenta que les va a ser muy difícil que la mayoría del pueblo argentino los vaya a votar. Entonces –dicen varios analistas políticos—es que vayan a tratar de refugiarse en la República Oriental del Uruguay, como ya lo hizo Pepín Rodríguez Simón, con la cobertura del gobierno del presidente de derecha Lacalle Pou.

Este proceso negativo que sufre la derecha y la ultraderecha latinoamericanas no es más que el resultado de sus propios gruesos errores en querer “defender derechos e impunidades por graves hechos de corrupción teniendo a la Justicia cooptada de sus propios funcionarios, sino que, además, en beneficio de sus propios negocios personales, han puesto los recursos naturales de sus países en manos de fondos de inversión, Wall Street y la banca internacional”.

Todo ello, los pone contra la pared y sin ningún callejón de escape, que sólo encuentra resquicio en el apoyo de una Justicia adicta y de la utilización de la violencia. Todo muy evidenciado.

Esto demuestra muy claramente, que si no retornan a un verdadero respeto a la democracia –no sólo cuando ganan las elecciones— les va ser muy difícil que puedan ganar elecciones en las próximas décadas.