DESDE FRANCIA A AFGANISTÁN: Emmanuelle nos escribe “Ojos en rayos…. hasta las pequeñas reinas de Kabul”

Mujeres afganas que solían disfrutar de sus paseos en bicicleta. (Foto: E. Raymond-Rilhac).

PARÍS, Francia (Especial para EL SOL ABC). La mujer pensante que no descansa, hoy comparte esta pequeña historia, escrita desde un departamento en una de las calles atestadas de París, la grande, la bella, la exorbitante:

—“Ojos en rayos…. hasta las pequeñas reinas de Kabul”—-

Por Emmanuelle Raymond-Rilhac *

 

Semanas desde que se mudó a mi oficina nos miramos semanas, ojos en rayos. Probé un par de enfoques no más concluyentes…. Tres vueltas de ruedas y tuve un ataque de ansiedad. Nannn, no quiero estar cansada, no quiero tener agujetas, estoy muy bien en echar raíces. Hay que morir de algo… La pandemia estuvo ahí para recordárnoslos. Y, sin embargo, soñé con una bicicleta de departamento. Aunque ya no tuviera sueños, más aliento y crisis de asma que desesperar, un beso negro y mistral. Aun así, soñé este invierno. Me veía, por si sobreviviera, calzando mis súper Adidas y mi jogging negro y rosa fluo, veía mi cola de caballo saltando por mi espalda y día a día me imaginaba, corazón musculoso y pulmones al taquete para escalar. Por fin, esas montañas que tanto me hacen soñar… bueno… el invierno ha pasado. Me mantuve viva, feliz año nuevo. Mi bicicleta me sirvió de libros, porta abrigo, armario, todo…. pero sus ruedas permanecían inmóviles. Y bueno, vaya a saber lo que pasa en la cabeza de algunas mentes neuróticas esta tarde, después de pelear con un viejo rosal que me torpedeó el brazo y me asaltaron con ortigas que guardo para las mariposas, pero con las que tengo que negociar para acceder a los tallos de mis peonías. Entré a la oficina, me quité el sombrero y el delantal, puse mi secador en medio de los libros y…. escalé la bestia de rayos y promesas musculatura cardíaca digna de un tibetano del Himalaya. Los colmillos me obligaron a posicionar los pies de pato en los pedales, el manubrio, muy lejos, me obligó a incluir abdominales en el programa Orfeo, orejas en edredones y mirada perpleja, se puso frente a la bicicleta en el Sí… y… pedaleé. No conté las torres de ruedas esta vez…. Bajé, el camino de una rana en herencia, pero…. muy decidido a comenzar mañana. Incluso resistí mis waffles de frambuesa Pajillas de oro

Para ustedes las pequeñas reinas de Kabul que valientemente persiguen su sueño.

Para todas las mujeres que, de Afganistán a Irán, de Pakistán a Arabia Saudita, no pueden practicar deportes… por motivos tan degradantes que escribirlos una y otra vez van a arruinar nuestras fuerzas y certezas de que nosotros valemos lo mismo que los hombres.

Para todas nosotras, afganas o no, de las que borramos hasta las caras…. para que sepamos bien que no somos nada…

(*) Escritora y periodista francesa. Vive en París y es colaboradora especial de EL SOL ABC. Trabaja en Prensa Escrita en Francia.