NANQUE DA SU MENSAJE NAVIDEÑO

Que no se te olvide, el Dios precioso que es un niño! (Foto: Oliva).

SALTA (Especial para EL SOL ABC). Ya en las vísperas de nuestro ansiado intervalo en nuestras tareas habituales, para recomponer el espíritu, para sacar las esporas dañinas de nuestro cuerpo, quienes hacemos EL SOL ABC nos estamos despidiendo de nuestros lectores para la pausa acostumbrada de fin de año. Qué mejor que nuestro columnista estrella lo haga a su manera, para deleite de sus lectores y todos los otros de EL SOL ABC. Con mucho agradecimiento, primero, por los contactos, por el permanente apoyo, les deseamos a todos y todas un 2021 pleno de nuevas emociones, de nuevos logros, de nuevas concreciones, de más familia y amigos, que son los más importante en esta vida. Así nos lo demostró esta pandemia, que nos marcará para siempre. Que la Navidad del Señor nos humanice más y nos permita una comunión especial. ¡Hasta pronto queridos lectores!

 

 

—-QUIERO UNA NAVIDAD AL REVÉS—-

 

En vez de esperarla ir al encuentro de ella.

Descolgar aquellos gratos recuerdos, por ellos que nos acompañaron.

Orar profundamente por los que nos cuidan y cuidaron con sus uniformes blancos, verdes o celestes.

Decirles a los ancianos que sus cabellos blancos son esas espigas celestiales que alimentan la vida en todos los rincones.

Acariciar a nuestras mascotas, que sin hablar con sus gestos nos dicen cuánto nos quieren y cuánto nos necesitan.

Bailar con nuestros nietos e hijos la danza de la felicidad única, en el momento único, con sólo el canto de los pájaros.

Ese árbol que todas las mañanas nos da sombra y por las noches purifica el aire que respiramos, espera un abrazo verdadero sin vergüenza de nosotros sus hijos anónimos.

Pon un plato de comida o dale de comer al hambriento, aunque más no sólo sea por un día.

Anímate a decirte en la cara que te quieres y que ese peinado estridente no vale tanto como la manita de tu niña o niño.

Ya las luciérnagas alumbran el terrenal pesebre que son los montes y ríos, gestan los sonidos del silencio avisando de la llegada del Niño que nos vino a purificar.

Mi corazón está pariendo al nuevo hombre, Jesús me digo se llamará.

Así, os quiero.

 

Por NANQUE, El Peregrino a Nazareth (December-XVII-MMXX).