BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Seba Schwarcz). Ayer mismo el diputado nacional Rodolfo Tailhade salió a refutar el planteo judicial del abogado y ex consejero del Consejo de la Magistratura, Alejandro Fargosi, que dijo que el vocal elegido por el bloque de Unidad Ciudadana, Martín Doñate, no cumple con los requisitos para acceder como vocal a dicho órgano de control del Estado sobre el Poder Judicial.
Tailhade dijo en su cuenta de Twitter que “Rodolfo Tailhade.@rodotailhade. Este cachivache miente. O es un auténtico burro. El art. 4 de la ley vigente del @cmagistratura ni siquiera exige el título de abogado para ser consejero. La Corte NUNCA declaró inconstitucional esa norma. Y está plenamente operativa. Vaya a estudiar cachivache”.
Entre las denuncias de Luis Juez, las presentaciones del bloque Juntos por el Cambio y ahora ésta de Alejandro Fargosi, la oposición ha entrado “en un terreno fangoso, del que le costará salir indemne, porque son errores infantiles y porque, además, demuestra que la vicepresidenta de la Nación los puede”. Porque la animosidad los lleva a que no hagan nada si no ponen el nombre de “Cristina” en sus bocas y que todo su andamiaje político lo basen en la Vicepresidenta.
Mientras el Gobierno nacional sigue cosechando, tras el acuerdo con el FMI y tras los números del INDEC, que le dan para febrero un crecimiento del 9,8 interanual, lo que demuestra que las variables sufrirán una disminución con respecto a 2021, pero que hay una línea de crecimiento muy marcada que muchos sospechan que el crecimiento anual del país estará por arriba de los 8 puntos. A lo que hay que agregar todas estas megaobras que el Estado está profundizando en todo el país, donde hay flujo de dinero para que la economía no se detenga, las perspectivas son halagüeñas en todo sentido. Entonces, a la oposición no le queda otra que entrar en pánico y desesperación porque todo le sale bien al Gobierno y al Frente de Todos.
Muchos opinan que la “única forma que la oposición tenga sentido, porque está punto a desmembrarse, es hacer política y bajarse de los planes desestabilizadores que les indican desde las agencias de inteligencia que maneja la embajada norteamericana en el país”, dicen algunos analistas políticos.
