SAN LUIS (Especial para EL SOL ABC). Los casos de Guadalupe Belén Lucero y ahora el más reciente, de Lucio Abel Dupuy, de cinco años, en La Pampa, nos debe llevar a proponer el debate de qué nos pasa como sociedad, que ya van para los 6 meses la desaparición de la niña puntana y ahora el salvajismo de una pareja de lesbianas asesinas, que nos acorrala, que nos deja sin palabras.
¿Este es el tipo de sociedad que queremos vivir? Donde muchos perjuran y no creen en nada. Ni en ellos mismos. Confunden “estado de gracia religioso o de espiritualidad, con el materialismo pragmático de algunos pastores evangélicos, que hacen ‘negocios’ con la fe en el Espíritu del hombre”. Y para colmo ha llegado este “veneno invisible” que es la internet, con su “juguete maléfico” —pensado y diseñado para robotizar al hombre— que son los I-phone o los celulares con sus miles de aplicaciones “para hacerte la vida más placentera, más cómoda”, dicen los millones de avisos de publicidad pagos en todos los canales de televisión del mundo junto a los emitidos por YouTube. Pero la realidad está demostrando todo lo contrario. Un mundo regido por las corporaciones, que “quieren seguir haciendo negocios con vos, conmigo, con todos”. No les importa los resultados. No les importa “el Espíritu”, sólo les importa tu estado de gracia larvario, indolente, sin sentido, infeliz, porque nada te satisface, dominado, para que hagas lo que se te ordene, sin necesidad de un reclutamiento real.
Y por ello han comenzado a aparecer estos casos infrahumanos, de padres que matan a sus hijos, hijos que matan a sus padres o a sus abuelos. Mujeres y hombres que abandonan a sus hijos. Todos embarrados en el mismo lodo, precisamente por gente que ha visto el modo de sacarle provecho a este aquelarre donde vivimos.
Lo de Guada
Lo de la nena saluiceña es un misterio, que muchos dicen que “es un problema de la Fiscalía penal de San Luis, que fue la que ordenó la investigación, que hasta ahora —a casi 6 meses de su desaparición de un barrio de la capital puntana— no ha dado con ninguna pista segura sobre los hechos y horas que informaron de la desaparición de Guadalupe Belén Lucero”.
Desde la Policía sólo informaron que los operativos siguen “pero con menor intensidad”, mientras el caso va perdiendo fuerza dentro de una sociedad indolente, que sólo son días los que tienen atención para un caso tan aberrante como el de Guada, como le decían sus familiares.
Lo último que se sabe, que por datos de testigos se tuvo, la Policía montó operativo “sobre la pista que llevó a los investigadores a la localidad de Justo Daract, en el sur de la provincia y en las márgenes del río V, casi en el límite con Córdoba. Alrededor de 40 policías y tres perros rastrillaron 1.500 metros de ambos lados del río, pero los resultados fueron negativos”, informó el portal Mdzol. Esto ocurrió el sábado 27 pasado.
Mientras que desde el Gobierno nacional se aseguró “una recompensa de $ 5 millones” para todo aquel que acerque datos e información fidedignos sobre el paradero de la menor.
“Lo único que pedimos, es que a todos los que nos acompañaron y nos siguen dando valor para seguir, no nos abandonen. Que nos sigan dando esperanzas y que, si tienen algún dato, por menor que sea éste, que no duden en hacérnoslo llegar”, dijeron unos tíos a un medio de la provincia de Mendoza.
