NUEVA CATEGORÍA EN SÓFTBOL SALTEÑO: es la Slow Pitch, para mayores de 15 años; ayer se jugó Fénix-Halcones

Halcones, equipo de primera división de la Liga Salteña de Sóftbol. Ayer ganó su partido frente a Fénix. (Foto: Pastrana).

SALTA (Especial para EL SOL ABC). Se inauguró una nueva división de sóftbol masculino en Salta. Con un torneo a dos rondas con la participación de cinco equipos da comienzo en Salta una categoría, donde Argentina es actualmente campeona del mundo y campeona panamericana.

Los equipos salteños incorporan rápidamente jugadores mayores de 15 años para nutrir sus novenas. Los equipos en cuestión son: Cachorros, Fénix, Fox, Popeye y Halcones. El listón está alto, pero las instituciones salteñas aceptaron el desafío rápidamente y con mucho optimismo.

De esta manera la Liga Salteña de Sóftbol se prepara para incorporarse al circuito del Sóftbol Argentino realizando torneos e invitando a provincias vecinas además de concretar viajes a los diversos torneos que se realizan durante el año en nuestro país e incluso en el exterior.

El próximo paso es realizar un torneo invitando a equipos amigos deseosos de colaborar con el crecimiento del sóftbol salteño. Ya hay equipos de Santiago del Estero, Tucumán y Mendoza dispuestos a venir a Salta y dar su apoyo al sóftbol en Salta.

 

Partido de ayer

Fénix, otro gran animador de los torneos locales. Acá el equipo de primera división. (Foto: Pastrana).
El bateo de Fénix, donde se tiene que trabajar más, fue uno de los factores que aprovechó Halcones. (Foto: Pastrana).

Se disputó en cancha de Santana el encuentro entre Fénix y Halcones con un resultado de 12 carreras a 5 a favor de Halcones.

El equipo de Halcones es el último campeón de la categoría Slow Pitch de la Liga Salteña de Sóftbol, y ahora incorpora la Primera División buscando tener un equipo competitivo que pueda rodar nacional e internacionalmente.

Por su parte, los árbitros oficiales a cargo del encuentro fueron Edgardo Rodríguez desde home y Carolina Tapia en las bases, planilla a cargo de Luciana Quartín.

 

Fuente: Prensa Pastrana