BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Seba Schwarcz). Fue tan brutal todo, que hoy que se cumplen 5 años de la desaparición y crimen de Santiago Maldonado, un joven artesano y militante de la amistad con el pueblo mapuche, se solidarizó con éste que venía siendo hostigado y extorsionado con constantes ataques a sus lofs y a sus propiedades, sigue siendo una herida abierta en la conciencia del pueblo argentino.
El rasgo de hacer suya una lucha que no era la suya, lo pinta de cuerpo entero a un hombre como Santiago, que nos dice “qué es lo que no he podido darles, qué es lo que me perdí por ese ataque absurdo de fuerzas argentinas defendiendo intereses de sujetos como Benetton, como Lewis y otros ‘paracaidistas’, que no están por un sano deseo de ayudar a progresar una región, sino que son parte de proyectos de avance y ocupación de sectas abyectas que pululan adentro y en las afueras del Palacio de Buckingham en Londres. Y para ello qué mejores que los cómplices como los títeres de Juntos por el Cambio”. El conjunto de cipayos más falso del mundo, ya que en cada ocasión blanden la Enseña Nacional o se llenan de cucardas celestes y blancas y a todo el mundo dicen que son argentinos; hasta se animan a gritar los goles de Messi o de Rodrigo de Paul, pero sus acciones dañinas en contra de la otra parte del país los pinta de cuerpo entero: cipayos a más no poder.
Un lustro sin Santiago, un lustro de impunidad, en donde no sólo están involucrados los gendarmes asesinos que dejaron morir de frío en uno de los galpones de la finca de Benetton. Sino también los que lo escondieron en los freezers de la misma, para luego ir a tirarlo río arriba de donde lo habían levantado ese 1º de agosto de 2017. A los que hay que sumar a los jueces y fiscales intervinientes como Gustavo Lleral y Silvina Ávila, Sergio Rodríguez, Federico Delgado, a los ministros Garavano, Bullrich y Aguad y especialmente, el secretario de Seguridad Interior del Ministerio de Seguridad de la Nación, Gerardo Milman, que estuvo presente en varios allanamientos a los lofs mapuches y es parte directo del entramado de la desaparición de Santiago Maldonado.
Por último, el hermano de Santiago Maldonado, Sergio, salió a confirmar que, además de causarle tanto oprobio y daño a la familia, se los estuvo espiando con los agentes de la AFI. Esa causa hoy duerme en los
cajones de los jueces corruptos de Comodoro Py.
Todo ello no cambiará si el pueblo argentino no se anima a desmontar la maquinaria asesina que se dejó montada a partir de los grupos parapoliciales que se estructuraron en 1976.
