MAZAZO: Gabriel Boric, el líder estudiantil del 2011 que se abrió camino a La Moneda 10 años después

En su discurso anoche en La Alameda, igual que Allende, "ilusionó y esperanzó al pueblo chileno, que se lo eligió para que cambie las cosas". Cerca de un millón de personas festejaron las calles de Santiago. (Foto: El Mostrador).

SANTIAGO DE CHILE (Especial para EL SOL ABC-Por Nicole Martínez-El Mostrador). El 11 de marzo del 2022, el actual mandatario, Sebastián Piñera, entregará la banda presidencial a uno de los líderes del movimiento estudiantil universitario del 2011-2012, que puso entre las cuerdas a su primera administración con las masivas y numerosas manifestaciones por la educación gratuita.

Gabriel Boric se convirtió en presidente electo a los 35 años, con la mayor cantidad de votos en la historia de Chile y con una gran participación ciudadana, en un sistema de voto voluntario. En su discurso relevó el rol de niños y niñas, de mujeres, disidencias y diversidades, además de destacar a una de las figuras esenciales de su segundo tiempo de campaña: Izkia Siches.

En una frase muy parecida a la que pronunció Patricio Aylwin en su triunfo ante Büchi –cuando agradeció a civiles y militares–, ahora Boric, con la clara intención de crear mayorías, agradeció a Kast. “Sí, también a José Antonio Kast”, dijo en medio de abucheos. “Sí, compatriotas”, expresó, con Kast “sé que sabremos construir puentes para que nuestros compatriotas puedan vivir mejor”.

 

Una fiesta

La Alameda estuvo repleta. El tramo que va desde Universidad de Chile a Salvador albergó anoche a miles de personas que salieron a celebrar el triunfo de Gabriel Boric. Allí, en las mismas calles que recorrió numerosas veces en su rol de líder estudiantil universitario, dio su primer discurso como presidente electo, el segundo más joven del mundo  –con 35 años– y validado por la mayor cantidad de votos en la historia del país y con la mayor participación ciudadana.

En medio de banderas, cánticos y bocinazos, Boric apareció entre la multitud, en un camino que los asistentes le abrieron para llegar a las vallas papales que separaban al público del escenario ubicado en la esquina con Santa Rosa. Subió las vallas, saludó con su mano, y a lo “rockstar” fue recibido por personas del otro lado. Minutos más tarde subió al escenario y comenzó a leer parte de lo que escribió en el avión que tomó desde Punta Arenas a Santiago. (NdR: a lo Kirchner, que tuvo que salir del sur argentino para salvar a la Argentina. Lo mismo ocurre con Boric, que es la zona más austral de Chile).

“Buenas noches, Chile. Po nui, suma aruma, pun may Chile”, abrió Boric. Así, su primer gesto fue para los pueblos originarios. “Po nui”, buenas noches en la lengua Rapa Nui; “suma aruma”, buenas noches en lengua aymara; y “pun may”, buenas noches en mapudungun. Agradeció a quienes votaron y “a las personas que quisieron asistir a votar y no pudieron por la falta de transporte público”, agregando que eso “no puede volver a ocurrir”.

Punto relevante fue el protagonismo que dio a niños y niñas, quienes –dijo– suelen estar fuera de los discursos, un punto que había hecho insistentemente la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz. “Quiero agradecerles especialmente a los niños y a las niñas que nos llenaron de cariño en este viaje, que nos llenaron de dibujos hermosos que expresaban con inocencia el Chile y la esperanza del Chile que aspiran. Un Chile verde y un Chile de amor”, expresó.

Tal como lo hizo durante la campaña, y que fue un contrapunto importante que realizó con su ex contendor José Antonio Kast, puso énfasis en la importancia de las mujeres, las disidencias y diversidades: “Cuenten con nosotros, ustedes serán protagonistas de nuestro Gobierno”, recalcó.

“He hablado con las familias y sabemos lo que tenemos que hacer”, dijo además Boric ante la consigna del público sobre “libertad a los presos por luchar”, referente a los presos del estallido social. “No más AFP”, gritaron también los asistentes, y el mandatario electo afirmó que defenderán un sistema público.

Agradeció a su jefa de campaña, Izkia Siches, “que se la jugó recorriendo prácticamente todo el país”. El trabajo de la ex presidenta del Colmed fue inmediato apenas se integró al comando, y dio relieve en los primeros días a la campaña en el norte del país, como en Arica, su ciudad natal, en que Boric logró una estrecha ventaja sobre Kast, donde el líder del Partido Republicano ganó en primera vuelta. Por eso en el comando existe una valoración positiva del factor Izkia Siches como una de las figuras más populares del equipo, que logró en parte “cambiar más rápido el curso de los votos en favor de Boric”.

Entre los varios guiños que tuvo en su discurso como presidente electo, estuvo la reafirmación de una especie de reconciliación con la ex Concertación. “Tengo claro que la historia no parte con nosotros, me siento heredero” de una trayectoria histórica. Habló de “la familia grande”, como un espacio que abarca el amplio espectro de la oposición en medio de un cambio de ciclo “histórico”.

Pero también hizo referencia a dos ex presidentes de la izquierda y centroizquierda. Lo hizo con Salvador Allende, cuando llamó a que “vayan a sus casas con la alegría sana de la limpia victoria alcanzada”, palabras textuales que pronunció Allende también en su discurso como presidente electo, en 1970.

Lo hizo también con el DC Patricio Aylwin, cuando agradeció a sus ex contendores Yasna Provoste, Sebastián Sichel, Marco Enríquez-Ominami, Franco Parisi, Eduardo Artés y “a José Antonio Kast. Sí, también a José Antonio Kast”, dijo en medio de abucheos. Muy similar a lo que expresó Aylwin cuando asumió como mandatario de la transición y agradeció a todos, incluyendo a civiles y militares. “Sí, compatriotas. ​Civiles o militares, Chile es uno solo”, dijo en su ocasión Aylwin. Boric, más de 30 años después de aquel triunfo, agregó que con Kast “sé que sabremos construir puentes para que nuestros compatriotas puedan vivir mejor”.

Entre sus líneas también resaltó que “con nosotros, en La Moneda entra la gente” y que “nunca, por ningún motivo, podemos volver a tener un presidente que le declare la guerra a su propio pueblo”, aludiendo al actual mandatario, Sebastián Piñera.

 

Lo que viene

De hecho, hoy Gabriel Boric tiene previsto reunirse a las 14 horas con el presidente Piñera en La Moneda, una cita que se da después de una videollamada que se realizó ayer entre el mandatario y al gobernante electo para felicitarlo. “Espero que lo hagamos mejor”, dijo en esa conversación Boric.

Ayer el presidente electo ya tuvo un primer encuentro con partidos políticos y el equipo político de la campaña, también una llamada y una reunión presencial con Kast, y en el comando y Apruebo Dignidad dicen que ahora viene el análisis de los primeros pasos, del diálogo con las demás colectividades y de la conformación de futuros equipos de Gobierno, es decir, de los futuros ministros.

También ayer, la directiva de la DC en pleno fue a felicitar a Boric y lo hicieron a través de una declaración pública en conjunto el PS, PPD, PR, PL y Nuevo Trato.

En la Democracia Cristiana ya han dicho que no serán parte del Gobierno de Gabriel Boric, sin embargo, en el Partido Socialista esa puerta no está cerrada. Algunos militantes y dirigentes manifestaron que el Gobierno es de Apruebo Dignidad y que son ellos quienes deben definir qué relación quieren tener con los socialistas. Es decir, que, si están por una posible alianza o acuerdo de gobierno, son ellos quienes deben invitar al PS. En esa línea, sectores de dicha colectividad, de manera transversal, coincidieron en que no habrá impedimentos para militantes socialistas que sean convocados por la nueva administración, que tampoco se definirán como una oposición constructiva, sino más bien como un partido colaborativo. También que, por ahora, los esfuerzos del PS están en la alianza progresista con el PPD, el Partido Radical, Partido Liberal y Nuevo Trato.

Por otra parte, Izkia Siches reiteró durante la jornada de ayer su disposición en caso de ser convocada a un ministerio, aunque aclaró que esa conversación aún no se ha dado con el equipo político del comando.