MÁS QUE HUEVOS SE NECESITAN: los acuerdos de precios no los respetan; hay un plan definido de destrucción del aparato productivo; y si de cuajo no se instala un nuevo Plan Gelbard, se lo llevan puesto a Guzmán

José Bel Gelbard, empresario y economista polaco, que fue ministro de Economía durante los gobiernos peronistas que se dieron a partir de 1973. Fue un plan que paró drásticamente la inflación y mejoró notablemente otras variables. No siguió porque se murió Perón. Mientras que Isabel Perón no hizo nada para fortalecerlo y por eso se diluyó. (Foto: Comesaña).

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Venimos informando de un destructivo plan de cualquier esquema de medidas del Gobierno nacional, con tal de posicionar al candidato que pretenden que los represente en 2023. Y si el presidente Alberto Fernández y su gabinete no lo entienden  —por eso hay que repetirlo y gritarlo a los cuatro vientos—, los que estamos en peligro somos todos los argentinos.

Se los ha llamado a una mesa de concertación nacional, a la que han asistido a regañadientes y con pedidos desmesurados. Mediante los discursos presidenciales y de algunos funcionarios del Gabinete nacional se trata de persuadir a los empresarios o grandes productores de alimentos que “no trasladen los precios internacionales a las góndolas nacionales”, cuando se sabe que los costos de esos productores son en pesos y quieren imponer una “inflación que sólo nace en sus cabecitas trasnochadas de fugadores y evasores, como de consuetudinarios especuladores”. El dólar se ha parado, la emisión monetaria lo mismo, hay signos evidentes de crecimiento, se está bajando el déficit. O sea, que todas las variables que manejan los economistas neoliberales se cumplen para que todos los sectores apoyen las medidas del Gobierno, que además está batallando contra una pandemia no buscada ni querida, en defensa de la vida y salud de los 45 millones de argentinos. Entonces, excusas no hay “para los constantes remarcados en los alimentos”. Y lo que hay, entonces, es “un plan que desde EL SOL ABC hemos denunciado que nace en tres grandes emporios de alimentos: Molinos Río de la Plata, Arcor y Ledesma SAAI, a los que se suma la AmCham (Cámara de Comercio de EE.UU. con la Argentina), que agrupa a unas 500 empresas y asociaciones, entre las que están las referidas a la producción agraria como las sociedades rurales de todo el país”.

 

Un análisis más fino

Para saber contra qué actores estamos peleando, basta ver a los propietarios de los referidos holdings: Molinos Río de la Plata, está manejada por la familia Pérez Companc; Arcor, por Luis Pagani y su parentela; Ledesma por la familia Blaquier. Todos ellos, los Pérez Companc, los Blaquier y los Pagani fueron fuertes aportantes a la campaña del PRO y luego del Frente por el Cambio. Lo mismo ocurre con la AmCham. Entonces, digan lo que les digan, jamás apoyarán un plan de un gobierno nacional y popular, siendo paradojal que con los gobiernos peronistas son cuando más dinero ganan. Y cuando no los dejan evadir o fugar dinero, por los controles, o tampoco los dejan especular con los dólares, entonces presionan con la inflación y son los que más remarcan sus precios. Sin embargo, mediante los gremios que tienen cooptados, entregan sueldos de hambre a sus empleados.

Viendo este panorama ya definido por parte de estos grupos facciosos, el Gobierno debe tomar una fuerte determinación encaminado a cortar de cuajo esta estrategia de la oposición y de los agentes al servicio. No alcanza con los mercados populares en los barrios, que no se pueden instalar en todo el país, sólo en la CABA y en AMBA. Hay que ir a medidas determinantes, que además sirvan como techo para terminar de la mejor manera esta pandemia y para acomodar los números en pro de la reconstrucción del país.

Para ello es bueno estudiar y debatir qué fue el Plan Gelbard implantado por el gobierno de Cámpora y continuado por el gobierno del Gral. Juan Domingo Perón en 1973, que estaba siendo atacado por estos mismos agentes al servicio de EE.UU. Claro, que en aquellos momentos sin la pandemia asesina de estos tiempos.

 

El Plan Gelbard

Por supuesto que un Plan Gelbard aggiornado para estos tiempos y que, en vez de ser por dos años, sea sólo por un año. Esto lo que escribió al respecto el portal SiempreHistoria.com.ar, que lo presentamos acá:

——–EL PLAN GELBARD——–

Desde comienzos de la década del ’60, la economía argentina y principalmente el sector industrial registraban un crecimiento sostenido. Hacia 1973, sin embargo, esa expansión comenzaba a acercarse a los límites de la capacidad instalada, que por falta de una importante inversión privada no había crecido sustancialmente.

El 25 de mayo de 1973, José Gelbard, presidente de la Confederación General Económica (CGE, organización corporativa del empresariado nacional), asumió como titular del Ministerio de Economía. Su designación confirmaba un eje central del programa económico del nuevo gobierno peronista: el incentivo a los capitales nacionales privados. De origen polaco, el empresario ocupó la cartera de economía durante la breve presidencia de Cámpora, siguió en el cargo tras su renuncia acompañando a Perón, y a M. E. Martínez de Perón tras el fallecimiento del líder.

En mayo de 1973, fue presentado el Programa de Reconstrucción y Liberación Nacional. En términos generales, puede decirse que el llamado “Plan Gelbard” se proponía sostener el crecimiento de la economía –cuyos rasgos básicos no se pensaba modificar– apoyándose tanto en una expansión del mercado interno cuanto en un crecimiento de las exportaciones. Esto último resultaba indispensable para la obtención de divisas, tan necesarias para el sostenimiento de la industria que requería de la importación de insumos básicos. Las exportaciones, tanto las tradicionales –agropecuarias– como las industriales, tenían muy buenas perspectivas. En el primer caso, se contaba con excelentes precios internacionales y la posibilidad de acceder a nuevos mercados, como el de la Unión Soviética. En cuanto a las exportaciones industriales, se trataba de expandirlas a través de convenios especiales, como el realizado con Cuba para vender camiones y automóviles. La nacionalización del comercio exterior –otro de los puntos programáticos del Plan Gelbard– tenía como objetivo garantizar la transferencia de recursos de la actividad agropecuaria a la industrial. Esta última también se vería favorecida por líneas especiales de crédito e importantes subvenciones estatales. Una nueva ley, que endurecía el tratamiento para con las inversiones extranjeras, y otra que se proponía una importante reforma agraria –que contenía algunas disposiciones audaces como la expropiación de unidades improductivas– completaban el cuadro de esta política económica.

Todas estas medidas –aunque no alcanzaran a implementarse completamente – y el clima político en el que se anunciaban le conferían al camporismo una tónica de “amenaza” que iba mucho más allá del alcance concreto del programa.

 

¿Qué ocurrió con el Plan?

En efecto, las empresas transnacionales conservaron su superioridad frente a las empresas locales (en tecnología, en capacidad de negociación en el campo internacional, en acceso a fuentes de financiamiento, etc.) y, aunque restringido en su capacidad de enviar dividendos al exterior y en su decisión de inversiones, el capital transnacional pudo sobrevivir y evadir los controles. Por otro lado, aunque la ley de reforma agraria desencadenó un fuerte conflicto, nunca pudo llevarse a la práctica; y en tanto los terratenientes continuaban siendo los generadores de divisas, el gobierno procuró preservar cierto nivel de su ingreso con el fin de estimular la productividad del sector rural.

De cualquier manera, a comienzos de 1973, el único nubarrón que podía oscurecer el horizonte parecía ser el clima de agitación política. De ahí que la clave del Plan Gelbard radicara, en principio, en el Pacto Social, una concertación económica y social con la cual se procuraba solucionar el problema de la economía argentina que la política aún no lograba resolver: la capacidad de los distintos sectores empeñados en la puja distributiva para frenarse mutuamente. Si Onganía había recurrido a la autoridad, Perón intentaría a través de la concertación: el Estado debía disciplinar a los actores combinando persuasión y autoridad. La mayor de las concertaciones, había sido suscripta por la CGT y la CGE, estableciendo el congelamiento de los precios y la supresión por dos años de las convenciones colectivas o paritarias. Para compensar el enojo de los sectores sindicales, se otorgó un inmediato aumento del 20 % general en los salarios. (NdR: ahora debiera darse antes un aumento del 50 % por la pandemia).

 

Resultados del plan

Los primeros resultados eran alentadores. La inflación se frenó, al tiempo que la balanza de pagos se vio favorecida por la positiva coyuntura exportadora. Las mejoras salariales y el incremento de gastos del Estado estimulaban el aumento de la actividad interna.

 

CRECIMIENTO DEL PBI   

1969/72…………….3.5 %

1973………………….6.1 %

1974………………….6.4 %

 

INFLACIÓN ANUAL      

1972………………….79.6 %

1974………………….30.2 %

 

RESERVAS MONETARIAS     

mayo 1973………… +$ 1.100.000.000

octubre 1974……… +$ 489.000.000

 

TASA DE DESEMPLEO

abril 1973…………..6.1 %

nov. 1974…………..2.5 %

 

PARTICIPACIÓN DEL ASALARIADO EN EL INGRESO NACIONAL

mayo 1973…………35 %

oct. 1974……………42 %

 

AUMENTO DEL SALARIO REAL   

mayo 1973 a oct.1974……15.3 %

Los problemas se iniciaron en diciembre de 1973. El aumento del consumo hizo reaparecer la inflación, mientras que el aumento del petróleo en el mundo encareció las importaciones. Finalmente, el Mercado Común Europeo se cerró para las carnes argentinas. El Pacto social comenzó a resquebrajarse.

 

Referencias:

Testimonios, textos y otras fuentes sobre el Terrorismo de Estado en Argentina. Vol. 1: La Primavera de los Pueblos. La movilización política y social de los tempranos setenta. Asociación Civil Memoria Abierta. Bs. As, Secretaría de Educación, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Asociación Civil Memoria Abierta, 2005.