BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Seba Schwarcz). Nadie puede imaginar cómo es entender y luego comprender el regalo de Dios por estos Ángeles del Cielo. Es todo un largo proceso, cuando recién te das cuenta de lo hermoso y cálido que son sus abrazos. Por supuesto que vos no lo sabes porque los ves de lejos.
Hoy ver en un posteo que decía: “Lore, madre de ositos” me hizo detenerme, para luego detenerme ante el horror de saberme yo también ultrajado y abofeteado por estos seres que caminan por la vida, sin ningún rigor, quizás como sus padres, que odian las vacunas, que odian la cuarentena, que odian que nos cuidemos entre todos. Porque no me entra, que todavía padres y directivos no hayan tomado cartas en el asunto para parar la denigración de un niño inocente, que además tiene autismo. La verdad, es que la escena de verlo comer solito en la Dirección de su escuela nos provoca lágrimas de pena de ver que estamos caminando ante un mundo indolente, donde sólo importan las variables económicas y sólo los acuerdos internacionales y los locales. Todo está trastocado. No hay cosa que esté en su lugar.
La imagen es conmovedora y desgarrante, más si te pones en escena de lo que vivió ese niño ante la agresión de esos alumnos que no tuvieron piedad de él. ¿Sabrán los padres los atacantes el significado de la palabra “piedad”?
Sólo el amor de madre, que se llama Lorena seguramente, que dijo muy claramente en Twitter: “Lore madre de ositos. @MadreDeOsitos.
Cansada de que le hagan bullying por tener Autismo. Hoy le pegaron y tuvo que comer así, sólo en dirección… El llanto de angustia cuando llegué mientras me abrazaba no puedo describirlo. LO AMO, ojalá sus hijos nunca sufran así ni hagan sufrir a nadie”.
Ese amor es lo que nos puede salvar a todos, hasta los desconsiderados.
