BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Servando Sanmartín). Tanto macanazos puso de manifiesto la “ex cowboy” Patricia Bullrich en su disparatado camino como presidenta del PRO, que a los “señores” que manejan la Embajada de EE.UU. en la Argentina, no les quedó más que “bajarle el pulgar” la que hasta hace pocos días “fue agente y alumna dilecta, como trabajadora aplicada de las órdenes emitidas por esta sucursal de EE.UU. en el país”.
Por ello dicen, que la ex candidata por la CABA no se quedará con los brazos cruzados –dicen los que la conocen que es muy vengativa— y alguna nueva intriga armará para “todos aquellos que no la apoyaron”.
Acá en este punto el amigo lector debe centrar su memoria en el reciente viaje de María Vidal a los EE.UU., donde fue a rendir examen ante los popes de varios fondos buitres como NML de Paul Singer (propietario de Iron Mountain, empresa que produjo un incendio para esconder la corrupción de evasión y fugas de grandes multinacionales) y el BlackRock de Larry Fink, dueño de Pfizer, y se cree que es uno de los más fuertes inversionistas negativos en la Argentina. En el sentido que sus inversiones tratan de ser en puntos estratégicos de la economía nacional, para luego actuar en una especie de ‘feedback’ como lo hizo con la empresa de imprenta Donnelly, en 2015, cuando gobernaba la presidenta Cristina Kirchner.
Allí, contaron los voceros de Vidal, se mantuvo reuniones muy específicas, donde los intermediarios de Singer y Fink —son los que llamaron a reunión a Vidal y no fue que ella fue a pedir reunión, lo mismo que Sergio Massa (de eso daremos amplia información en otro momento)— “la llamaron para sondearla con respecto a qué haría en un posible gobierno, de llegar ella al poder en 2023. Le citaron tres puntos básicos: economía, Banco Central y recursos mineros”.
¿Por qué se eligió a Vidal?
Según las fuentes que manejo, primero se la eligió porque no cometió los gruesos errores que cometió Bullrich con su tanta exposición mediática y por creer que “encabezar movimientos desestabilizadores como llamar a la gente a incumplir las órdenes del Gobierno nacional en el tema de la pandemia, es casi una contradicción, ya que precisamente Larry Fink es dueño de Pfizer. Fue a Formosa y se movió por toda CABA mostrando terribles contradicciones. La gota que rebalsó el vaso fue la acusación contra el presidente Fernández, de que había pedido sobornos para él y sus ministros a Pfizer”. Precisamente, casi al instante la misma Pfizer, salió a desmentirla. Un bochorno total.
A partir de ello, los “poderosos” Fink y Singer centraron sus ojos en Vidal, para comenzar a posicionarla de cara a las elecciones presidenciales de 2023. Piensan que tiene más carisma y mejor imagen que Patricia Bullrich y por eso “casi automáticamente” tuvo que agachar la cabeza y hacerse un lado. Por supuesto, que las órdenes vienen “de arriba”, dijeron dentro del PRO.
Para otra que bien canta y baila, también vino el chicotazo: Elisa Avelina Carrió. Le dijeron: “Usted señora es un estorbo y un inconveniente para volver a posicionar a Juntos por el Cambio”. También dio señales que se baja de cualquier contienda. Y a Macri, le pusieron un poco de vaselina y lo mandaron al exterior. Lo quieren lo más lejos de la Argentina, porque dicen que “es un piantavotos”.
