HARTAZGO: la movida reggaetón, rap y trap cansa el oído de la gente, porque no le hace ningún aporte a la música y ya está llegando a su fin, dicen empresarios del sector

Rusherking y María Becerra, dos cultores del trap, que cantando a capella sienten vergüenza. Moda que está saturando el oído de la gente. (Foto: CM).

Muchos creen que artistas como Nahuel Pennisi volverán a ser los más buscados, porque expresan calidad, contenido, algo que desprecian las actuales movidas por una carrera alocada quién hace más dinero sin sacrificarse. (YOUTUBE).

 

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Como toda moda o nueva movida musical, el estilo reggaetón, rap o trap sacó a relucir en sus comienzos algunos mensajes como tonalidades distintas, que lo hizo ser consumido al instante por millones de musinautas en las redes sociales, radios, Youtube y algunas aplicaciones para escuchar música.

Pero a 15 años de su aparición entre el público consumista, ya comenzó a mostrar muchas falencias y desacoples, que está llevando a la gente a buscar otra vez buenas voces, estilos musicales que devuelvan a artistas en serio: preparados musicalmente, con voces estructuradas y con mucho caudal.

Lo que quizás fue un furor en algún momento, gracias al canal YouTube, y por derivación en canales de televisión de música exclusivamente, los videos de fondo de temas musicales que promocionaban a tal o cual canción, hoy se han vuelto harto reiterativos: no hay creatividad, no hay clase, no hay cuidado estético, no hay voces buenas. Sólo un chirriar de voces gatunas sin mucha fuerza, que repiten hasta el cansancio “bum, bum, bum”, “dura, dura”, “vente pa’acá”, “o como dice Fonsi”, “fantaci”, etc.

Es que el fenómeno, que llevó a que el cantante melódico Luis Fonsi se convirtiera, de la noche a la mañana, en nuevo millonario gracias a las redes sociales, gracias al tema “Despacito” de la cantante panameña Erika Ender, ya que en YouTube solamente tuvo casi dos mil millones de reproducciones. Lo que permitió embolsar junto a Daddy Yankee y también la autora Ender más de cien millones de dólares, ya que YouTube paga por cada ingreso, cuando se sobrepasa el millón de visitas, paga $us 1 y se da el 1 % a los participantes-autores del video. Esto hizo que todo el mundo quisiera levantar su video y hacerse rico de la noche a la mañana, ya sin necesidad de tanta promoción y de tanto concierto en vivo. Podías ganar dinero desde tu casa, sólo teniendo un teléfono celular. De todo ello nació el Rap, que digamos tiene una cultura callejera en el Bronx de Nueva York, pero no así el Trap.

Bueno, ahora aparecieron, sin mucho mérito, los “traperos” que tienen menos vuelo que los raperos, y se están volviendo como plaga, ya que no pueden hacer conciertos en vivo, porque suenan por demás desastrosos, al no tener el soporte técnico computadorizado de un estudio de grabación.

“Es que la estética que presentan en los videos es muy reiterativa, sin mucho talento. Sólo moviendo cuerpos y hasta veces ultrajando el cuerpo de una mujer. Hay mucha violencia implícita, en las letras también. Bueno, todo esto es lo que está cansando al público consumidor, que seguramente va a volver a las fuentes y va a comenzar a buscar la belleza de voz de Nahuel Pennisi o la India Martínez, por ejemplo”, expresó en las redes conocido cantante mexicano.