DIPLOMA: desde Corporación Poética Luvi, Poesía y Corazón reconocen trabajos de Nanque desde Perú

Cuadro que ilustra el poema de Nanque, en agradecimiento a la Corporación Poética Luvi. (Foto: Pintirest).

SALTA (Especial-EL SOL ABC). La mirada se vuelve sobre nuestro Director, que bajo del seudónimo Nanque insiste en una mirada diferente, que allá lejos descubren como sincera, sin tapujos, con otro arte, sin manipulación, lo que expresa el poeta, sin que los cercanos, por esa cercanía molesta, llaga, les inquieta.

El sitio, donde Nanque con alguna asiduidad publica, Corporación Poética Luvi, Poesía y Corazón reconoce las obras de quien ejerce el cargo de Director de EL SOL ABC, hasta que algún ángel de su prosapia le siga, y dice: “Por sus relevantes laburos literarios, que son el regalo más hermoso que nos deja a sus lectores con cariño de su majestuosa pluma y brillante inspiración que lega al cardio y muchas veces nos deja sin voz, de pie con deseos de seguir leyendo sus increíbles mesurados”.

Diploma de reconocimiento de la Corporación Poética Luvi, desde Perú, a nuestro Director. (Foto: CPL).

A lo que la Corporación agrega: “Un diploma y un abrazo de agradecimiento para vos que nos deja leer sus excelentes letras. ¡Felicidades!, de parte del director y administración: Dante Narváez, Samir André, Mony Meban, Marco Morán, Louise Caiz, Ximena Seminario, Bernardo Yápez, Gerard Caldas Serra, Betina Nores, Arnold Miller,  Isauro Gonzáles y Marlon Gary Luna”.

 

Rescate

Para agradecerles a todos los que hacen la Corporación Poética Luvi, qué mejor que entregarles uno de los poemas de Nanque, de los que tiene archivados por miles y que desean nacer al mundo:

 

  —HE ESCRITO SOBRE TU PIEL LA CARTA QUE YA NO SE ESCRIBE—

 

Por NANQUE, El Escribiente (Augustus-XXIX-MMXXI)

Mientras el ventarrón hace desaparecer las flores de los lapachos y envuelve los perfumes azarosos, desde el balcón me intriga tu pensamiento en este momento.

Ahora vuelvo sobre el mío, él te retiene y entretiene, donde una imagen llena de colores y de primavera lo iluminan. Veo plantas, algunas flores, tus perros y gatos magnolios. Trato de interpretar a la distancia los aromas idos de cafés compartidos o esas empanadas jugosas calientes de domingo adormecido.

Ahora con el sol a pleno, descubro la hoja de tu piel, tersa, suave, perfumada modernamente, para intentar volverte a escribir sólo una carta, que me acuso de haber olvidado. No sé cómo escribirte, si ya no sé cómo se agarra la pluma.

Tanta modernidad nos hizo perder los placeres de las esquelas perfumadas, de los decires poéticos, de la esperanza de esperar tras de la ventana, con las cortinas apenas corridas, tu aparecer, tu sonrisa animada.

Veo cerrando los ojos tu piel impregnada de letras, son mis cartas una sobre de otra, ellas te dicen y palpitan alegres la aparición del cartero invisible a los amores perdurables.

Por siempre tuyo, hasta pronto.