CAE UNO DE LOS PROPICIADORES DE LA GUERRA EN UCRANIA: Johnson dejará el Gobierno británico porque es el culpable del Brexit, luego por los escándalos sexuales y porque Europa se encamina a la pobreza

Boris Johnson, el que quiso apurar a Alberto Fernández, no sólo descubrió su pelada, sino sus pocas ideas para revertir la situación económica que luego de la guerra en Ucrania está haciendo mella directamente en todos los hogares británicos. (Foto: El País).

LONDRES, Reino Unido (Especial para EL SOL ABC-Por Nathaly Fonseca Da Graca). El boconzuelo de Boris Johnson está dando sus últimas hurras en la sede Downing Street 10, cuando más de 50 funcionarios de su gabinete de gobierno le han renunciado, en un claro mensaje: “No te queremos en el Gobierno”.

El pueblo británico ve hoy que quien los conducía era sólo un pobre bocón, con pocas ideas y muy corrupto, porque con el Brexit primero borró acuerdos con la UE y descompuso de la noche a la mañana lo que tanto había costado construir. Y así de poco la economía del Reino Unido comenzó a zozobrar, por lo que tuvo que “recurrir a orquestar una guerra en Ucrania, en sociedad con el Pentágono y la OTAN”, creyendo que “iban a apurar a Rusia y que ésta iba a retroceder”. Y se dan de lleno con que Rusia es una potencia de primer orden y que todas las medidas de coerción sólo ahora están perjudicando las economías de los países europeos. Entre ellas, la del Reino Unido. Otras de las razones para no apoyar a Johnson.

Mientras tanto, en esta mañana, ha salido a la puerta de su domicilio y sede de su gobierno, ha decir que “está bien, no me apoyan, pero agradezco a todos los que sí lo hicieron. Y me retiro, hasta que mi partido encuentre el líder que me reemplace”.

 

Lo que piensa El País, de España

A ello se suma la nota del diario El País, de España, a cargo de Rafa de Miguel, que dice: “Boris Johnson ha tirado la toalla. A las doce y media de la tarde de este jueves (una y media, horario peninsular español), el primer ministro británico ha comparecido a la puerta del número 10 de Downing Street para anunciar su dimisión. Un puñado de funcionarios, y varias decenas de diputados conservadores, le rodeaban en silencio.

“Está claro ya que la voluntad del grupo parlamentario conservador es que haya un nuevo líder en el partido y un nuevo primer ministro”, ha dicho Johnson. “Si hasta ahora no he querido abandonar, ha sido porque consideraba mi deber cumplir con el mandato electoral de 2019, la mayor victoria conservadora desde 1987″, ha recordado, para dar las gracias a continuación, y especialmente, a los votantes laboristas que le dieron entonces su apoyo.

“Amigos míos, en política nadie es imprescindible”, se despedía Johnson en un tono en el que no se apreciaba la amarga derrota sufrida por el político conservador más popular y carismático de las últimas décadas.

El primer ministro, que horas antes estaba decidido a permanecer en el cargo y desafiar al Partido Conservador, no ha podido resistir la presión. Johnson, de 58 años, presentaba su renuncia ante la reina Isabel II, acosado por la mala gestión de varios escándalos en las filas de su partido, en los que él mismo se ha visto involucrado.

Las últimas horas en Downing Street las ha dedicado a nombrar nuevos ministros, para que el Gobierno en funciones pueda operar de modo apropiado hasta que los conservadores elijan un nuevo líder. “Habrá un nuevo Gabinete al servicio de los británicos, y yo mismo estaré al frente hasta que el Partido Conservador elija un nuevo líder”, ha dicho Johnson.

La idea de que el todavía primer ministro pueda mantener las riendas del país durante largo tiempo ha desatado las alarmas en el partido. Johnson habría sugerido su intención de permanecer en Downing Street hasta el congreso de otoño de los conservadores, cuando se elegiría un nuevo líder. Las soluciones que comienzan a barajarse sugieren más bien que se acelerará el proceso de primarias, o incluso que se convencerá al primer ministro para que se retire y sea otro -por ejemplo, el viceprimer ministro, Dominic Raab- quien pilote la nave de modo interino.