SAN SALVADOR DE JUJUY (Especial para EL SOL ABC-Por Francisco Deoli). Un pueblo indolente, que nos respeta los DD.HH. ni sabe qué son las garantías constitucionales suprimidas, es merecedor de los males que padece: un tremendo nepotismo, gravísima corrupción en torno del manejo de los recursos naturales como el litio y tierras fiscales para negociados, saqueo y testarrafeo con el ingenio La Esperanza, endeudamiento impagable de la Provincia rifando el futuro de las generaciones futuras de Jujuy y presos políticos como colofón extraordinario.
Así nos damos, anoche pasadas las 21 horas, con un escrutinio provisorio de sólo el 20 % de las mesas escrutadas, donde el oficialismo daba las hurras junto a los aprovechadores de turno, como Horacio Rodríguez Larreta, Cristian Ritondo, Martín Losteau y otros, que buscan afirmarse en algo, porque en las nacionales sufrirán tremenda derrota y donde, ni siquiera por pudor y pundonor el Peronismo salió a defender su voto. Se entregó manso, como cordero y saludó el triunfo de Morales. Como si no le importara mucho, quizás porque los “negocios” se seguirán haciendo. Además, porque hay que decirlo: el único ganador de todo es Gerardo Morales, que con ello se permite introducir su ego y su corrupción en una futura fórmula con Rodríguez Larreta.
Elecciones amañadas
Otro punto interesante para analizar es que la página oficial renovada Tribunal Electoral Permanente de la Provincia de Jujuy. Elecciones provinciales generales y de convencionales constituyentes del 7 de mayo de 2023 no funcionó nunca y sólo se recibió información solapada desde los bunkers de los partidos participantes en la contienda electoral. Esto también oscurece la claridad de unos comicios que tendrían que haber sido un ejemplo, por el poder de fuego y de todo el aparataje político a disposición del macrismo en Jujuy.
Yo mismo pude recorrer la provincia y ver en todas las localidades de la provincia el manejo del transporte para llevar gente a votar, donde de cada 10 remises oficiales sólo había 3 de la oposición. A lo que hay que sumar el pago de $ 20.000 cada una de las 10.000 mesas barriales instaladas a lo largo y ancho de Jujuy, además de la promesa llevando el ticket de certificación de tu votación para recibir un bolsón de mercadería. A lo que hay que sumar el pago de 50 mil pesos a cada uno de los 5 mil punteros políticos, que se movieron en toda la provincia llevando la promesa de pago de cada voto. En varios sectores decían que pagaban hasta 2 mil pesos por cada voto más un bolsón de mercadería. Entonces, es acá donde los sesudos análisis de los periodistas porteños mueren. Jujuy no es ejemplo de nada ni marca tendencia. Es un feudo macrista, donde el dinero compra voluntades y donde la gente ni sospecha que es llevada de la oreja en contra de su propia historia y libertad, pegándose un tiro en el pie. Ahora sí, ya no le queda margen para quejarse cuando Sadir tenga que pagar sueldos o cuando no les aumente, como sí lo hace el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, que a su gente entregó un bono de $ 150 mil. Pareciera que a los jujeños lo único que les importa es tener para el bica y para la coca.
