SAN MIGUEL DE TUCUMÁN (Especial-Contexto). Jairo Cejas es un tucumano de 28 años que por estas estas horas –y por varios días más–, debe permanecer en el aeropuerto de Montreal, en Canadá, antes de empezar el largo periplo que lo traerá de vuelta a Tucumán.
El joven, que pasó todo lo que va de la pandemia en ese país, decidió despedirse de su novia y emprender el regreso a Tucumán, justo cuando los casos de coronavirus volvieron a dispararse, forzando mayores controles en las fronteras.
El viaje, con dos escalas intermedias, comenzó en Vancouver, donde vive la familia de su novia, tucumanos radicados hace años en el más septentrional de los países del continente.
La idea era pasar por Montreal, de ahí viajar a Panamá y recién entonces llegar a la Argentina. Pero cuando completó la primera escala se enteró que ese último tramo no iba a ser posible.
Vuelo cancelado
El vuelo que debía traerlo desde el país centroamericano había sido cancelado por el gobierno argentino. Cuando consiguió una alternativa para viajar a Uruguay, su test de Covid-19 ya había expirado.
Antes esta nueva contrariedad, Jairo logró que le reprogramen el viaje hasta el viernes, con la condición de que el jueves se realice un nuevo estudio, que le demandará un dinero que hace rato escasea en sus bolsillos.
Sin saber aún por qué le cancelaron su vuelo desde Panamá, el joven debe sobrevivir con lo justo, rogando que una vez en Montevideo no surjan más problemas, porque para entones sus ahorros se habrán extinguido.
