Eso es lo que no debemos dejar hacer ni caer en la seudas opiniones vertidas por los operadores del establishment (embajada norteamericana, AmCham y el círculo rojo), que quieren que nos amilanemos y caigamos en el error de que “no se puede”. De que nos acorralemos en un rincón, sin poder decir nada, sin hacer nada.
Si de algo nos sirven los legados de San Martín, Manuel Belgrano, Martín Miguel de Güemes, Scalabrini Ortiz, Juan Domingo Perón, Eva Duarte, Néstor y Cristina Kirchner es que “la Patria está en peligro de una muerte total” y que “los hombres y mujeres de bien, los verdaderos patriotas, no nos podemos quedar de brazos cruzados ante la inminencia de lo evitable”.
Los fundamentos del fallo de ayer contra la Vicepresidenta de la Nación nos lleva a confirmar que estamos en medio de las horas más difíciles para nuestra democracia y para nuestro estado de derecho. Estamos en riesgo todos: no sólo los que integran los partidos del Frente de Todos, sino asimismo los de Juntos por el Cambio y demás partidos que sólo acompañan con su voto a tal o cual sector político. Porque van contra el entramado interior del Estado Nacional y es por ello, que han dado una fundamentación que rompe todos los principios jurídicos, éticos, filosóficos e históricos y, además, con partes de la misma extraídas de un libro –“Yo, acuso” de Margarita Stolbizer— escrito solamente con la tinta del odio y la envidia. La fundamentación de los jueces –que no son nada más que empleados de esa Mafia— es una certificación total “de la inocencia de la Dra. Cristina Kirchner”, que al querer justificar su horroroso como malapraxiento fallo, desde la vaciedad del mismo, dan lugar “a que penetre la verdad en toda su dimensión, porque no han podido encontrar una sola prueba, aunque sea mínima, que corrobore la sentencia de forma sostenible”.
Entonces, la idea de estos grupos mafiosos antinacionales y antiargentinos es arriar para siempre nuestra Enseña Patria y que con el tiempo se enseñe en las escuelas que “Lago Escondido y las Islas Malvinas son protectorados del Reino Unido, bajo la guardia militar de la OTAN y el Pentágono”.
