SANTIAGO DEL ESTERO (Especial para EL SOL ABC-Por Ana Argañaraz). Si el Estado nacional desaparece, es bueno que los gobernadores del Norte Grande defiendan la región de esta avalancha de medidas que sólo buscan proteger el núcleo duro de producción primaria de la Pampa Húmeda y al sector especulativo del país.
Por lo que, desde diversos sectores se solicita que, ante la arremetida mileisista contra el Estado nacional, es que el Consejo Regional del Norte Grande, presidido en estos momentos por el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, vuelva a dinamizarse “para no perder todo lo realizado por la gestión del ex presidente Alberto Fernández y del ex ministro del Interior, Wado de Pedro”, dijeron.
Son diez provincias pertenecientes al NOA y NEA que no necesitan perder sus potencialidades a merced de lo que decidan en CABA o en las principales capitales de la Pampa Húmeda, que jugaron a destruir todo lo bueno que hizo la anterior gestión gubernativa y que quedó plasmada en sendos acuerdos firmados para tratar “sobre la interconexión ferro-vial entre todas ellas, para fortalecer la estructura de los distintos corredores biocéanicos que posibiliten la llegada a los mercados asiáticos, como la vía Brasil, a los mercados africanos”. Esta posibilidad que se venía trabajando, una de las más importantes, no puede quedar en aguas de borraja para perjuicio de más de 11 millones de habitantes, que son los que habitan en el NOA y NEA.
Una de las soluciones
Hay varios caminos, todo dependerá del gobernador Zamora –ya tiene los ejecutivos para el relanzamiento del Norte Grande–, para que se llame de nuevo a reuniones de enlace, pero esta vez ante el peligro para las economías sectoriales de cada provincia, para que se rearme el Consejo Regional del Norte Grande, esta vez para debatir “políticas y proyectos de defensa del sector, que es uno de los más productivos del país, que lleven a poner en la mesa de discusiones el lanzamiento de un banco regional de inversiones del Norte Grande, con el aporte de las 10 provincias, que ayude a focalizar las inversiones para obras de infraestructura que ayuden a plasmar el Corredor Biocéanico, como asimismo a dinamizar las relaciones con el Gobierno del presidente Inácio Lula da Silva”. Sería este mismo presidente el que “puede ayudar al financiamiento de este banco crediticio, porque mucha de la producción agro-ganadera e industrial de la región la necesita Brasil”. Hasta sería provechoso para el país hermano participar de las inversiones en litio en algunas de las provincias litíferas del Norte Grande.
Puede servir también que el embajador en Brasil siga siendo Daniel Scioli, uno de los embajadores más activos de la gestión anterior.
No todo está perdido, si se mira el asunto desde otra perspectiva, por lo menos para la región Norte Grande.
