BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Ana Argañaraz). Nunca en la historia del país hubo entidad u organización privada, de origen foráneo, que se haya animado tanto, que se tomó el trabajo de realizar “un parte de guerra subliminal”, con tintes de intromisión directa en las políticas internas del país, pero además dándose el lujo de “querer imponer su alto grado de impunidad”, como ente que hace lobby en favor de corporaciones extranjeras, que no le tiembla el pulso al escribir frases como “cabe preguntarnos si la solución de los problemas actuales es triplicando o quintuplicando su número de miembros”, hablando de la composición de la Corte Suprema de la Nación. ¿Perdón? ¿Qué tiene que preguntarse?
O donde hace alarde de que el país le pertenece, cuando simplifica y esgrime: “A tan sólo un año de celebrar 4 décadas de democracia ininterrumpida, Argentina ha asistido a dos modificaciones de la composición de la Corte Suprema (1990-2009), y otras dos modificaciones a un organismo asociado, el Consejo de la Magistratura (2006-2013), creado en 1994 por la última reforma constitucional. Si bien en estos últimos 40 años ha habido ‘en nuestro país’ profundas transformaciones, ‘nos parece excesivo’ tener tantos procesos de cambios en los 2 organismos centrales de la justicia argentina”.
Hay mucha bronca en muchos sectores populares y peronistas, porque tanto el Ministerio de Justicia, como el partido del Gobierno y el Poder Ejecutivo, como el Congreso de la Nación no hayan repudiado directamente este asqueante comunicado intromisivo de un organismo privado que nada tiene que hacer en las políticas y planes del Gobierno, que para eso ha sido elegido en elecciones abiertas y democráticas. Para cualquier reclamo, son las entidades argentinas las que tienen derecho de hacer llegar sugerencias a los partidos que las representan, que son los únicos que la ley y la Constitución permiten. A no equivocarse señores, que no somos ciudadanos del espacio sideral.
AmCham debes pensar si tu país y su gobierno permitirían que la CGT argentina o la Asociación de Residentes Argentinos en Miami publiquen un comunicado indicándole a la administración Biden o al Congreso de los EE.UU. lo que debiera hacer con respecto “a las políticas especulativas del sistema bancario estadounidense” o algunas cuestiones por el estilo.
Estás equivocando tu razón de ser y función esencial que debes cumplir en pro de tus asociados. Así, no eres grata. Ni sirves a la conformación de lazos de amistad entre EE.UU. y la Argentina.
