ECUADOR: la única forma de salvar al país, para recuperar su soberanía económica es volver al Sucre ecuatoriano

Guillermo Lasso junto a uno de sus testaferros en el Banco de Guayaquil, que es de su propiedad. Y por el que además está acusado por el más grande desfalco contra Ecuador. (Foto: Cambio Ecuador).

GUAYAQUIL, Ecuador (Especial para EL SOL ABC- Por Vanina Del Río). Esta crisis, económica, social y política es una historia que ya se venía venir porque el país es totalmente dependiente del dólar, al que adscribió erróneamente en el año 2000, influenciado por el peor de los asesores de Wall Street, el argentino Domingo Felipe Cavallo, agente al servicio del establishment financiero de EE.UU., Reino Unido e Israel.

Creyendo curar el cáncer permanente de devaluaciones y corridas bancarias por parte del establishment financiero local se impusieron las ideas del agente Cavallo, que era una forma de entregar directamente su soberanía a las potencias extranjeras que viven de nuestros recursos naturales.

Este corset económico que es el dólar duró, mientras se manejó la economía con constantes inversiones por el ingreso de capitales extranjeros para la minería, agricultura y alimentos, turismo e hidrocarburos, que en mayor medida se dio en el gobierno de Rafael Correa entre 2007 y 2017, que es cuando abandona el cargo el ex presidente.

Hoy con una economía restringida, y luego de haber pasado de una economía controlada muy férreamente por el Estado, Lenín Moreno, sucesor de Correa y de neto tinte neoliberal, entregó el control de la economía otra vez a los banqueros y al empresariado privado como a las corporaciones extranjeras. Que no escatimaron esfuerzos para llevarse a los paraísos fiscales los dólares, que por ley no podían abandonar el país bajo ciertos requisitos. Allí comenzó la debacle del país, a lo que se sumó que todos los productos de exportación de Ecuador se encarecieron por su valor dólar.

Y así llegamos a la presidencia de Guillermo Lasso, banquero, y parte de ese establishment que le hace daño al Ecuador, para insertar políticas neoliberales a ultranza, donde el Estado comenzó a retirarse de los subsidios a la salud, a las alcaldías y férreo control de las organizaciones sociales y políticas. Con todo ello, justo cae la pandemia y la guerra de Rusia con Ucrania, que pegan directamente en las economías dolarizadas porque comienza a faltar combustible y los alimentos se hacen cada vez más caros. Es allí que aparece el aparato represor del gobierno de Lasso, demostrando poca madurez política y recibiendo órdenes directas de Washington para no entregar el poder, ya que desde varios sectores del país piden su renuncia, para al cabo de 180 días se convoquen a nuevas elecciones.

También comienzan a aparecer datos concretos sobre el fraude que habría cometido Lenín Moreno para favorecer a Lasso, porque miles de ánforas con votos fueron cambiadas en el trayecto entre los pueblos indígenas y el centro de control y receptoría en Quito, capital del país. Y así le está yendo a este Lasso, que no tiene ni idea de lo que es gobernar un país.

Y este Lasso está muriendo con la propia soga que diseñaron él y sus camaradas agentes de EE.UU., que cuando estuvo Correa en el poder, en 2015, fueron los que incentivaron a que los pueblos indígenas del Ecuador salieran a marchar para también tratarlo de voltear, aduciendo un aumento en los alimentos.

Como conclusión, es que venga quién venga como presidente de Ecuador, debe tomar una medida liberadora y crucial que es volver al Sucre como moneda nacional, para que toda futura administración tenga margen para aplicar políticas nacionales para buscar los equilibrios necesarios en toda sociedad.