DOS CHICAS AUDACES: De Negri y Farjat lograron superar “la noche, las drogas y las fiestas sexuales”; hoy son dos señoras con familia hecha y con logros profesionales

Natalia De Negri, cuando recibió uno de sus premios por su labor en la TV estadounidense. (Foto: Voces Críticas).

BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC). Quién no recuerda que entre 1995 y 1996, cuando Diego Maradona había vuelto al país para jugar primero en Newell’s en Rosario y luego en Boca Juniors, Cóppola seguía siendo su manager y el que le organizaba cuanta fiesta podía y allí hacía desfilar mujeres de todo tipo, entre ellas a menores.

Bueno, entre éstas hay dos muy especiales; porque se tratan de Samantha Farjat y de Natalia De Negri, que por esos años rondaban los 18 la primera y los 17 la segunda, estudiantes, que por exponerse en los boliches de moda a la época fueron guiadas hasta Guillermo Cóppola, quien ni lerdo ni perezoso las invitaba a sus departamentos ‘privados’ (bulos) y donde el Guillote les presentaba a sus ‘amiguitos’ ”. En toda esta trama participaban el Conejo Tarantini y el Gallego González, ex jugadores de la Selección y amigos de Diego.

Pero un día todo este clan cayó en desgracia. Algunos dicen que por “indicaciones de Menem y la Embajada norteamericana, para desviar asuntos de corrupción que le comenzaron a quemar el rancho al riojano” y es allí que la SIDE (hoy AFI) les comenzó a seguir los pasos a Maradona y Cóppola. Allí se fue orquestando la trama del “jarrón de Cóppola”.

En una nota de la periodista Adriana Balaguer, de La Nación, se dijo esto en septiembre del año pasado: “El 9 de octubre de 1996 la policía activó la ‘Operación Cielorraso’: allanó el departamento del manager de El Diez (piso 10° del edificio de avenida del Libertador 3540) y encontró 40 gramos de cocaína dentro de un jarrón. El tema –que cambió de nombre en los medios, donde fue presentado como “El Caso Cóppola”– hipnotizó a los argentinos. Una de las testigos de la causa, quizá la que tuvo mayor repercusión, fue Samantha Farjat. Su vida cambió para siempre”.

Pero también logró notoriedad Natalia De Negri, que venía de mejor familia que Farjat, y las dos se encaminaron a ser “las estrellas” de los mediodías argentinos, cuando un muy astuto Mauro Viale comenzó a explotar a las menores, dando vueltas reiterativamente sobre el caso del “jarrón de Cóppola”. Pasó el tiempo, luego ya en 1997 a las chicas no se las volvió a ver ni escuchar en ningún medio. Muchos pensaron que habían entrado en un aletargamiento, producto del consumo de drogas o que estaban en algún centro de rehabilitación. Pero la historia es otra, muy distinta a la que muchos pensábamos y que denota, que cuando una persona tiene ganas de surgir y cambiar su vida en 360 ° se puede lograr. Y el ejemplo de Samantha y Natalia De Negri es muy alentador para millones de jóvenes de todo el mundo, que están pasando por una situación de marginalidad y de desapego.

 

Vamos primero por Samantha

Las revistas de los 90 hicieron mucho dinero con Samantha, la que se animó a desnudarse para una de ellas. Hoy está como una “madre reflexiva”. (Foto: Crónica).

La más desenfadada, con más experiencia, fue siempre Samantha Farjat. Con una boca demasiado grande y además de ojos voluptuosos, esa cabellera negra desprejuiciada rápidamente comenzó a tener muchos admiradores. Pero los flashes acabaron un día y de la mano de su madre, que le dijo: “Esto no puede seguir así; es hora que encarriles tu vida y estudies”. Fue cuando Samantha comenzó a estudiar periodismo. Luego se casó y comenzó a hacer vida de familia. Un empresario dueño de restoranes y boliches, la rescató. Y allí con una hija a cuestas comenzó a mostrarse como la otra Samantha. Empezó luego a trabajar en radios y en la TV, por los contactos hechos en los tiempos de Mauro Viale, comenzó a trabajar en la producción de programas. Y así la va hoy. Ya tiene 48 años, con una hija que “es libre y que estudia”.

Hoy cerca de cumplir 48 años junto a su hija de 22 años. Está pulposa y se mantiene. Samantha no quiere recordar su pasado. (Foto: La Nación).

No es millonaria, pero tiene un buen pasar. Vive en un country de Del Viso. Tiene dos hijas y está separada, pero vive en pareja. En algún momento se la relacionó con el productor Gustavo Sofovich.

A Balaguer de La Nación le dijo el año pasado, al cumplirse los 25 años de su caso: “Mi error y mi pecado”, dice, y cambia de idea y arranca para otro lado: “Yo estudiaba, pero eso no vendía. Ellos [por los medios] decían ‘la chica que sale de noche’… Mi error fue ser caprichosa y salir. Me rodeé de esa gente que me parecía divertida. Tenía las mismas libertades que tiene mi hija hoy. Pero bueno…vivimos en una sociedad muy hipócrita. Por ahí hoy tendría más apoyo de las mujeres, qué se yo”.

Junto a quien fuera su marido, Gabriel Contreras, empresario de la noche porteña. Es el padre de su hija. (Foto: Ámbito).

Luego le pregunta: _ ¿Y hoy que hacés? Tu hija ya está grande.

_ Trabajo de periodista. Estuve en radio, escribo en una revista digital, ahora también estoy trabajando en un documental sobre fútbol para Netflix de EE.UU. Pero lo que más me gusta es ser proteccionista. Cuido ñandúes, burros, caballos, ni hablar de perros y gatos. He llegado a tener 12 gatos y una perra con sus cachorritos, todos juntos, haciéndoles el aguante hasta que se pudieran dar en adopción. Les dedico mucho amor, mucha plata. Mi idea es crear una fundación para animales y un hospital municipal para mascotas. No todo el mundo puede pagar un veterinario. También trabajo con niños especiales, colaboro en un comedor de Merlo. Se me acerca mucha gente para pedirme una mano. Pero ayudo en silencio. Capaz es un error. Como no se sabe, por ahí la gente se queda con una vieja imagen mía.

 

Mientras, Natalia triunfa en EE.UU.

Dos vidas que en algún momento se juntaron, pero que con el correr del tiempo se fueron alejando cada día más. Aunque comentan, que alguna vez se llaman y se preguntan de cómo le va a cada una.
Natalia De Negri, llegó al caso de la mano de Tarantini, se la conocía como la “novia”, pero luego de los tremendos programas que mostraba la TV de mediados de los 90, la chica comenzó a estudiar abogacía y a la vez que entabló una relación seria con un vecino de la cuadra. Faltándole pocas materias para recibirse, se casan y los dos piensan que “estaría bueno ir a probar suerte en Miami, en el rubro de los restoranes, ya que el marido tenía algo de experiencia en el rubro”. Así por lo menos lo contó en el programa de CNN, “Camilo”.

En 2010 trabajó con la Provincia de San Luis, condujo un programa de polo y produjo algún documental sobre esta provincia puntana. Hoy es una empresaria con todas las letras en EE.UU. Acá junto al gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá. (Foto: El Puntano).

Luego poco a poco comenzó a tentar suerte en los medios de comunicación, ya que era recordada por los programas de Viale. Estuvo como productora primero y luego, por su sagacidad e inteligencia, comenzó a trabajar en documentales. Y fue un documental “sobre la vida de los inmigrantes en Venezuela, contando el costado oscuro sobre el Gobierno de Hugo Chávez” el que le abre las puertas de EE.UU. Con ello gana un Emy y comienza a ser conocida en el mundo de la televisión y canales estadounidenses. Lo que, además, le permitió armar su propia productora de Tv. Luego llega el cine, donde participa del guión, producción y actuación.

Así sigue trabajando entre EE.UU. y Argentina, y en el 2010 filma la película sobre autismo “El Pozo”, pero claro que antes había estudiado actuación con Dora Baret. Le va bien y comienza a contactarse con otros productores mexicanos y estadounidenses para armar varios programas. También trabajó en la provincia de San Luis conduciendo un programa sobre polo.

Con respecto a su vida anterior, le cuesta hablar: “Es tan bueno mi presente, qué necesidad de recordar las cosas negativas. Hoy estoy enfocada en servirle a la gente, porque participo de varias fundaciones de caridad y con mi esposo estamos abocados a mantener nuestra familia hasta que nos muramos”, dice la chica, que hoy es toda una señora de los medios. A lo que hay que agregar que a su esposo le va muy bien en el rubro de restoranes, que ya armó una pequeña cadena en el Estado de La Forida (EE.UU.).