CULTURA: Nanque nos habla de la felicidad que no nos damos cuenta que la tenemos

Cuando tu piel le sonríe a la vida, no hay moneda que le pueda pagar: la felicidad casi que está al lado de uno, mientras corremos apresurados al avión o al auto. (Foto: Facebook-RC).

 

SALTA (Especial- EL SOL ABC). Otra vez el poeta nos deja sus semblanzas poéticas sobre lo cotidiano, que no es tomado en cuenta por cada uno de nosotros y siempre estamos esperando a que aparezca la felicidad, de la mano del dinero, que sin él nunca seremos felices. Pero Nanque, con ese ojo avizor, está un escalón más arriba y nos dice que “la felicidad llama varias veces a nuestra puerta, sin que nos demos cuenta”.

 

A VECES NO NOS DAMOS CUENTA QUE SOMOS FELICES

Por NANQUE, El Agradecido (Febrarius-XV-MMXXIII)

Quién no quisiera desayunar con un croissant frente al Sena.O comer un salmón ahumado, con un Romaní Conti en el Hilton. O despertarse entre sábanas de seda frente al Lago di Como, donde te sumergiste en una aventura ficticia que te hace feliz porque lo has pagado caro.

Será que tus sentidos, el olfato, el corazón, tu mente han caído exhaustos ante los muestrarios de la vida perfecta, maquillados por la propaganda.

Sin embargo, lo presiento, la calidez de la naturaleza es el cobijo perfecto para acurrucarnos ante tanta desesperanza, ante tanto olvido, donde la piel es el más grande universo de los sentidos, que revive y canta por sus poros, la felicidad guardada y angustiada, porque nada tiene fin.

Hay que seguir buscándola, tras esos aromas ocultos en el pasto mojado, en ese olor a tierra con las primeras gotas de la lluvia.

Respirar y mirar al Cielo, por tanto regalo, es sentirse pleno por el nuevo día gratuito de toda gratuidad.