CADA MUJER EXPRESA UNA BELLEZA SINGULAR: cada día son las menos las que están atadas al problema de los talles

La periodista Foz Meadows rescató estas dos imágenes de Pinterest para demostrar el poder de influencia de las tallas. La primera imagen son diferentes cuerpos que visten la talla media. La segunda, diferentes cuerpos para diferentes tallas. (Foto: Pinterest).

LOS ÁNGELES, EE.UU. (Especial-Pinterest). Luego de que apareciera esta pandemia en todo el mundo, el viejo anacronismo de la moda por los talles pequeños, para las más flacas ha perdido sentido y ha dado paso, para que el hombre revalorice la belleza singular de cada mujer, que se expresa en más compañerismo, más cuidado por el otro y porque también las mujeres hemos alcanzado, gracias a muchas y largas luchas, el lugar que nos merecemos dentro de la sociedad. Todavía no hemos alcanzado todo, pero hemos hecho un buen trecho del camino.

 

El descontrol de tallas lleva al trastorno

Por ejemplo en España, se comenzó con el estudio que la Feacab, que se realizó en 2010 y dejó patente la huella emocional y el impacto en la autoestima que implica todo esto de marear con las tallas a los compradores: un 87 % de los adultos encuestados en el Barómetro sobre el impacto de las tallas de ropa en la población española reconoció que su medida variaba según el modelo que se probaba y el 58 % se sentía molesto, deprimido, preocupado y culpable cuando a la hora de comparar en distintas tiendas, su talla variaba según el modelo. Los resultados con adolescentes todavía son más alarmantes. Tal y como indica Volta, en 2012 la Acab repitió el mismo barómetro con 2.000 estudiantes catalanes y los resultados fueron similares, sólo que los jóvenes mostraban más conductas de riesgo por el fiasco de las tallas. “Cuando ven que no entran en la que creen que es su talla, llegan a saltarse comidas o inducirse el vómito. Todo esto puede derivar en una anorexia o en un descontrol de comidas que lleve a la obesidad”, alerta Volta.

 

La enfermiza obsesión por la talla pequeña

Para la directora de la Acab existe un problema social en el que “el buscar la talla pequeña se ha convertido en una tendencia de compra, en una auténtica obsesión”.  Un error de base entre las compradoras, que, ante la falta de unidad en el tallaje, andan perdidas y deprimidas sin saber si son la 36 de esa tienda o la 40 de la de delante. La periodista del Huffington Post británico Foz Meadows reabrió el debate hace unos meses, cuando rescató de Pinterest dos imágenes en las que se comprobaba cómo mujeres con el mismo peso pueden tener cuerpos y tallas totalmente diferentes (siguiente foto). El espectro, de hecho, podía pasar de la talla 38 a la 44. Aunque la periodista apuntaba al IMC (Índice de Masa Corporal) como culpable de muchos males en la autoestima femenina, también destacaba que debíamos dejar de pensar en que determinada talla de ropa es lo saludable y el resto, sobrepeso.

Tablas de tallas, para ver dónde te sitúas. Pero no es lo importante, dicen los nuevos analistas de la moda. Allí se remarcó la nueva talla chica. (Foto: Pinterest)

“Me encantaría vivir en un mundo en el que un vestido se mida por su talla, pero a una mujer no. Una sociedad donde reconozcamos que comprar un vestido que te sienta bien se base en eso, en cómo te queda, y no tener que embutirse en uno con el número más pequeño en su etiqueta. Sin embargo, vivimos en una sociedad en las que las medidas de las mujeres se publican en Wikipedia y cualquiera que no en encaje en esos dígitos se siente como deficiente”, lamentaban en Capitol Hill Style respecto a todo el lío que ha montado el aterrizaje de la talla XXXS y alertaban de que “la decisión de J. Crew de expandir su tallaje hacia abajo alimenta la noción de que la talla de ropa es una letra escarlata”. Una letra escarlata que, además, en la que nadie se pone de acuerdo sobre qué tamaño de base debe tener.

Desde la década de los 60 para atrás se destacaba la belleza de la mujer pulposa. Cosa que debiera volver ahora. (Foto: Pinterest).