BARRET: de sus “Cuentos Breves” extrajimos “Gallinas”, que nos pareció centrarnos los pies en la tierra de forma muy ingeniosa

Rafael Barret, escritor español-inglés, que dejó sublime obra literaria. Vivió en Paraguay y Argentina a principios del siglo XX. (Foto: Escritores.org).

BUENOS AIRES (Especial-EL SOL ABC). Conocer la vida del escritor español-inglés Rafael Barret, con muchos lazos con Latinoamérica, pero con Argentina en particular, es rescatar el talento supremo para la escritura de un artesano de las palabras.

De acuerdo a la biografía de Barret difundida por el sitio Escritores.org, las misma nos dice que “Rafael Barrett nació en Torrelavega, Cantabria, España, en 1876, en el seno de una adinerada familia hispano-inglesa. Se trasladó a estudiar ingeniería a Madrid, donde trabó amistad con Valle-Inclán, Ramiro de Maeztu y otros miembros de la Generación del 98, donde vivió una existencia bohemia.

 ’’En 1903 viajó a Argentina y luego a Villeta (Paraguay) como corresponsal del diario argentino El Tiempo donde se asentó a los 29 años. En 1904 se instaló en Paraguay y en 1906 contrajo matrimonio con Francisca López Maíz, y participó en la creación del grupo y tertulia literaria La Colmena.

 En julio de 1908, tras el golpe militar del mayor Albino Jara, Barrett organizó la atención a los heridos por las calles de Asunción, y en octubre fue apresado como consecuencia de las denuncias sobre abusos y torturas que publica en el periódico Germinal, y fue desterrado a Corumbá en el Matto Grosso brasileño.

’’En 1908 llega a Montevideo para tratar de mejorar la tuberculosis que padecía.

 También, le da la oportunidad de publicar en periódicos de la época como La Razón dirigido por Samuel Blixen. En 1909 regresó a Paraguay.

 En su periplo por estos países, y tras su progresiva ruina económica, fue tomando conciencia de las miserables condiciones de vida en gran parte de Sudamérica, e intentó denunciarlo en sus escritos, por lo que fue represaliado.

’’Su obra literaria se inscribe en el regeneracionismo que surgió en España tras el desastre del 98.

’’En vida sólo logró publicar el libro “Moralidades actuales”, que cosechó un gran éxito en Uruguay. En 1919 la Editorial América de Rufino Blanco Fombona editó algunas de sus obras.

’’Murió el 17 de diciembre de 1910.

’’Su obra ha sido elogiada por grandes autores latinoamericanos como Augusto Roa Bastos, Jorge Luis Borges y José Enrique Rodó. En 2018 se realizó en Argentina el primer documental audiovisual sobre su vida y obra: ‘Rafael Barrett, la exigencia de lo real’ “.

 

BIBLIOGRAFÍA

El dolor paraguayo (1911)

Cuentos breves (1911)

Mirando vivir (1912)

Al margen (1912)

Estudios literarios (1912)

Ideas y críticas (1912)

Diálogos, conversaciones y otros escritos (1918)

Cuentos breves (1919)

Páginas dispersas (Obra póstuma). (1923)

Cartas íntimas (1967)

El dolor paraguayo (1978)

Sembrando ideas (1992)

Hacia el porvenir (2008)

A partir de ahora el combate será libre (2008)

Obras completas (2010)

Moralidades Actuales (2010)

Reflexiones y epifonemas (2014)

Y el muerto nadó tres días (2014)

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                 _ GALLINAS _

—de Rafael Barret

No hay forma más velada de quitarse la libertad, es siendo dueño de algo. Barret lo describe genialmente. (Foto. La Vanguardia).

— Mientras no poseí más que mi catre y mis libros, fui feliz. Ahora poseo nueve gallinas y un gallo, y mi alma está perturbada. La propiedad me ha hecho cruel. Siempre que compraba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Remendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves, y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la frontera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humanidad en dos categorías; yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llenó para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil.

Mi gallo era demasiado joven. El gallo del vecino saltó el cerco y se puso a hacer la corte a mis gallinas y a amargar la existencia de mi gallo. Despedí a pedradas al intruso, pero saltaban el cerco y aovaron en la casa del vecino. Reclamé los huevos y mi vecino me aborreció. Desde entonces vi su cara sobre el cerco, su mirada inquisidora y hostil, idéntica a la mía. Sus pollos pasaban el cerco, y devoraban el maíz mojado que consagraba a los míos. Los pollos ajenos me parecieron criminales. Los perseguí, y cegado por la rabia maté a uno. El vecino atribuyó una importancia enorme al atentado. No quiso aceptar una indemnización pecuniaria. Retiró gravemente el cadáver de su pollo, y en lugar de comérselo, se lo mostró a sus amigos, con lo cual empezó a circular por el pueblo la leyenda de mi brutalidad imperialista. Tuve que reforzar el cerco, aumentar la vigilancia, elevar, en una palabra, mi presupuesto de guerra. El vecino dispone de un perro decidido a todo; yo pienso adquirir un revólver.

¿Dónde está mi vieja tranquilidad? Estoy envenenado por la desconfianza y por el odio. El espíritu del mal se ha apoderado de mí.

Antes era un hombre.

Ahora soy un propietario.