BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC-Por Servando Sanmartín). Han aparecido por allí fotografías de los manifestantes de ayer, que fueron mucho menos de los que habían convocado los “autoconvocados” –valga esta redundancia sintáctica–, porque al final apareció siendo una convocatoria de Juntos por el Cambio. Sólo faltó que aparecieran Pepín Rodríguez Simón, Marcos Peña y la Juliana Awada.
Lo cierto es que, en una de éstas, un gaucho “engañado” o “ignorante” fue fotografiado con un cuadro del Gral. José de San Martín, Padre de la Patria, en una de las concentraciones de agroganaderos, que fueron llevados de las orejas por gente que no sabe “por qué protesta”. Porque nunca como antes, a causa de la guerra en Ucrania, los precios internacionales y nacionales de los cereales han tenido una valuación extraordinaria e impensada y las variables económicas están en curso positivo. Y, además, para “felicidad” de las patronales del campo el Gobierno ha vuelto reiterar una vez más que “tanto la suba en las alícuotas de la harina y aceite de soja la pagan 11 agroexportadoras multinacionales y la posible instalación del impuesto de ‘renta inesperada’ la pagarán sólo aquellas empresas que hayan tenido ganancias sobre los 1.000 millones de pesos”. O sea que a los que manifestaron ayer, a ninguno les toca pagar lo que pretende el Estado nacional.
Si estos “gauchos truchos” leyeran un poquito de Historia Argentina y además estudiaran la Constitución Nacional sabrían que el Gobierno está facultado a buscar las formas ejecutivas de planear, centrar y cobrar los impuestos que lleven al Estado nacional a tener las herramientas y los recursos como, “por ejemplo, parar una pandemia, o en caso de desastres como los incendios en Corrientes —aunque no fue tan “natural” aquello— o el gran porcentaje de obras nacionales como la reconstrucción de rutas nacionales, recuperación de Ferrocarriles Argentinos que luego les servirá directamente a los agroganaderos o lo último, la mega obra de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner que llevará gas en abundancia a las provincias de Río Negro, Buenos Aires, Santa Fe y en conexión con los gasoductos del NOA y NEA, a todas las provincias de la región del Norte Grande”.
Nuestro máximo Prócer Patrio no tiene que ser tomado a la ligera. Él casi solo con la ayuda del pueblo mendocino logró emancipar a la Argentina, luego a Chile y Perú, de la corona española, pero siempre teniendo presente —según Historia Argentina, de Felipe Pigna— que “tanto el territorio nacional como sus riquezas debían servir para bienestar del pueblo argentino, no para corporaciones foráneas, que además de expoliar suelo argentino, se llevan sus riquezas a los paraísos fiscales, evadiendo y eludiendo impuestos, que si los pagaran en tiempo y forma tendrían por lo menos derecho a protestar”. Entonces, cómo puede ser que el “gaucho común” sea llevado de las orejas a defender intereses de multinacionales que poco les importa la República Argentina como país, sino “como botín de guerra o de sus apetencias expansivas de dominio”.
Lo real, lo que piden
Entonces, detrás de toda esta levantada de los “autoconvocados” hay una “mano negra” que los confunde y los hace hacer ridiculeces, como le pasó el otro día a un productor de apellido Perkins, que fue a C5N a entrevista con Alejandro Bercovich. Allí este Perkins fue preguntado de “por qué ustedes hacen una protesta, cuando las commodities están en sus valores más altos y seguro van a ganar lo que nunca antes hubieran imaginado”. El productor bien emboinado no supo contestar. Sólo atinó a decir: “Mire, yo no soy político. Le voy a contestar que nos sentimos acogotados de tantos impuestos y que nos quieren llevar por delante y eso no se lo vamos a permitir a nadie”. En actitud de barrabrava. Luego el mismo Perkins se deschavó, cuando dijo que “todos pretendemos que vuelva la Argentina antes de Perón, la de Alberdi, cuando se respetaban nuestros derechos” (Sic).
Lo que no dijo Perkins, o no sabe o no le contaron sus abuelitos, es que “la Argentina de antes de Perón, los patrones hacían trabajar a rebenque y garrote al obrero. Y el que no quería trabajar era expulsado de los campos o aparecía muerto al costado de algún arroyo, río o bañado. No había vacaciones, aguinaldo ni aumento de sueldos, además le pagaban al peón con comida y alojamiento. Y los impuestos los pagaban cuando se acordaban”. Esa es la Argentina que pretenden los que salieron ayer “en sus tractores pobres”.
Finalmente, la razón de toda esta “protesta agroganadera” —la definió muy claramente el Prof. Luis D’Elía en su cuenta de Twitter— cuando aclaró la verdadera razón de la protesta: “@Luis_Delia. MOTIVOS DEL TRACTORAZO. 1. El Gobierno decomisó 1.900 camiones de cereales que tenían como destino el contrabando a Paraguay. 2. Desde los satélites les sacan fotos a los campos y las comparan con las declaraciones juradas truchas de los agroexportadores. 3. Cartas de porte intruchables”.
No más palabras, señor juez.
