La preocupación por la falta de vacunas para garantizar la cobertura sanitaria en todo el país sigue estando a la orden del día. En las últimas horas se conoció un documento de la última reunión de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn) en donde el propio secretario del organismo, Cristian Biscayart, reconocía los problemas que existieron con el abastecimiento y la distribución de las vacunas que forman parte del plan obligatorio de vacunación. Ante la difusión del acta, el funcionario reconoció que existieron tales irregularidades pero buscó llevar tranquilidad y aseguró sólo persisten los problemas con la vacuna contra el meningococo.
El acta difundida responde a la reunión del CoNaIn citada el 9 de abril. Allí, frente a la preocupación de la Sociedad Argentina de Pediatría por la falta de insumos, Biscayart, quien además es director del área de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, admitió que existían una serie de factores que afectaban el suministro de vacunas.
Los factores señalados por el funcionario fueron: “problemas financieros, circuitos de compra complejos, provisión limitada y dificultades con los trámites de aduana, entre otros”. La misma explicación que brindó la Secretaría de Salud el año pasado, cuando 23 jefes de programas de vacunación de todos el país denunciaron el faltante.
Este año la advertencia por la situación irregular en la provisión de las vacunas la hizo también la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), que advirtió que el exministerio de Salud no estaba cumpliendo con la entrega de vacunas incluidas en el calendario obligatorio, lo que podría significar un riesgo en la cobertura sanitaria de la población.
En el acta de la reunión del 9 de abril, que se conoció recién ahora, quedaron plasmadas también las preocupaciones de los expertos por la “falta de transparencia” en la información, “sumada a la discontinuidad en la entrega”, elementos que provocan “pérdida de credibilidad y genera decenas de miles de oportunidades perdidas de vacunación”.
Entre las vacunas que se declaraban con faltantes se encontrarían las que se aplican contra la difteria y el tétanos (dTpa), la meningitis (cmeningocócica) y la poliomielitis (Sabin), entre otras. En esa misma reunión, los representantes del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) solicitaron información por escrito acerca de la adquisición y provisión de vacunas para poder transmitirlas a las autoridades provinciales.
“Lo venimos diciendo hace mucho tiempo. La Comisión Nacional de Inmunizaciones lo reconoce: faltan vacunas, muchos niños están quedando con esquemas incompletos”, compartió el médico sanitarista y exministro de Salud, Daniel Gollán.
En el mismo sentido opinó el médico sanitarista y vicepresidente de la fundación Soberanía Sanitaria, Federico Kaski. Según él, lo afirmado por Biscayart, que quedó plasmado en el documento, refuerza lo que vienen denunciando desde la fundación en los últimos años ante cada caso de faltantes que dan a conocer. “Justamente reconocen que lo que dicen y presentan como un error o una casualidad en realidad responde a toda la política pública de inmunizaciones de este gobierno, que viene generando faltantes de vacunas en distintos lugares del país”, puntualizó.
Para Kaski, los problemas de abastecimiento hacen que sea imposible “garantizar el derecho de inmunizar a la población”. “Cuando una familia va al centro de salud, sobre todo en una región poco accesible, y falta alguna dosis, lo que tenemos es una oportunidad perdida en cuanto a la vacunación. Posiblemente esa familia no vuelva”, aclaró el médico.
“Ellos lo llaman errores o problemas de abastecimiento pero a esta altura es raro. Uno puede entender los errores en el primer año de gestión porque no conocen los procedimientos administrativos pero después de tres años ya no son errores… Habla de un nivel de ineficiencia y de irresponsabilidad muy grande”, finalizó Kaski.
Gollán remarcó que el acta dejó en evidencia “lo que el Gobierno está tapando”. “La Comisión siempre es muy moderada pero están desbordados por la cantidad de denuncias de faltantes de vacunas y de otros materiales como los descartables. La dosis no están llegando en tiempo y forma”, agregó el exfuncionario.
La mayor sospecha del exministro de Salud es que los problemas en la distribución y el abastecimiento de las vacunas sea la puerta de entrada a la descentralización del programa, algo que perjudicaría seriamente en la compra de las dosis.
“Están reduciendo cada vez más las responsabilidades de los programas nacionales. Al no financiarlas las obliga a las provincias a salir a comprar y es un problema porque no todos los distritos tienen los recursos”, agregó el médico sanitarista. El problema con esto último, según Gollán, es que de esta forma las provincias pagarán por las vacunas hasta 20 veces más del precio que puede conseguir la nación a través de la compra vía la Organización Panamericana de la Salud.
Consultado por este diario, Biscayart reconoció que las irregularidades expuestas en el acta realmente existieron aunque aclaró que el 95 por ciento de los problemas fueron resueltos desde aquella reunión realizada el 9 de abril. “Fue tal cual se manifestó y hasta el propio secretario de Salud lo reconoció públicamente. Pero hoy es diferente, estamos a punto de terminar el cien por ciento de cobertura en muchos casos con excepción de la vacuna contra el meningococo”, aclaró el funcionario.
Sobre este último caso, que describió como más complejo, el próximo jueves se realizará una reunión para evaluar posibles vías de normalización. Biscayart negó que exista la posibilidad de que las provincias tengan que comparar las dosis en el futuro. “No hay ninguna posibilidad, la compra va a seguir en manos del Estados nacional”, afirmó por último.