SAN SALVADOR DE JUJUY (Especial-EL SOL ABC). Cuando les preguntan a Rivarola o a Jenefes qué opinan de Gerardo Morales, los dos dicen que “es muy inteligente”, pero no dicen que “son socios” y que su participación en la destrucción y desunión del peronismo parte de la idea –de ellos por supuesto— que “primero están sus negocios y que la gente no cuenta en ello”.
Entonces, bastó que uno de nuestros cronistas ingresara en el portal “Somos Jujuy” para ver en primera plana la publicidad del partido político de Gerardo Morales, con el eslogan “votá por los diputados de Gerardo”. Sí señores, ahora nadie puede hacerse el desentendido por estas pruebas concretas de la sociedad entre los nombrados y que es lo mismo votar al “Frente Cambia Jujuy que votar al Frente de Todos-PJ”. Esa es la gran mentira que se instaló hace más de 30 años en Jujuy en la política jujeña. Donde todos los osos son pardos y los gorilas tienen el mismo pelaje, pero distintos nombres. Eso es lo bueno de esta época: tuvieron que correrse algunas fichas para que todo quedara al descubierto.
Y ahora no saben cómo enfrentar a la gente. Sus actos son cada menos concurridos y la gente no los quiere recibir en sus casas. La provincia está en un momento histórico, casi se lo podría equiparar a los días previos del Éxodo Jujeño del año 1812, cuando tuvo que “rever toda una vida y salir a cambiar las cosas con una decisión por demás fundamental para la historia de todos los pueblos del norte de la Argentina que estaba en ciernes”. Aunque parezca una elección de medio término que no le cambia la vida a la gente, “es una elección fundamental para sentar las bases para cambiar la historia de Jujuy, de una vez para siempre, pensando en el año 2023. La elección del 2023 depende de ésta. No hay 2023 si no se le da una estocada final a los fenicios jujeños que han confundido “negocios personales con la proyección de Jujuy y su gente”.
No todos los jujeños son lo mismo. Hay gente que piensa, y que también piensa en el conjunto.
