LOS MARISCALES DE LA DERROTA EN CÓRDOBA: Bullrich, Larreta, Morales, Cornejo, Negri y el mismo Loredo encerrados en encuestas y medios mentirosos, mientras que el Peronismo mostró gestión

Los "mariscales de la derrota en Córdoba" tratando de consolar a De Loredo. La gente se cansó de tanta mentira. (Foto: Télam).

CÓRDOBA (Especial-EL SOL ABC). Las apuestas de los operadores de Juntos por el Cambio, que semanas antes vaticinaban un triunfo demoledor de Rodrigo de Loredo –delfín de Larreta y Bullrich a la vez— sobre el representante peronista y de la misma línea llaryorista, Daniel Passerini, quedaron en blanco y entumecidas fruto de su propia y negativa soberbia.

La realidad fue más fuerte, ya que la gente eligió primariamente un proyecto claro y que viene desarrollándose con la gestión de Martín Llaryora, donde el actual alcalde electo es jefe de Gobierno y es parte de la administración. Y la gente no come vidrios y eligió lo que ve, lo que palpa, pese a la enorme campaña e inversión de dinero de la derecha, que en todos lados festejaba antes de tiempo.

Y los votos fueron los siguientes: para Daniel Passerini se le dio el 47,74 %, con 312.519 votos por Hacemos Unidos por Córdoba, mientras que De Loredo consiguió por Juntos por el Cambio, logró el 39,98 %, con 216.840 votos y en tercer lugar el Frente de Izquierda de los Trabajadores -Unidad, sólo alcanzó el 2,9 %, con 18.960 votos, con más del 99 % de los votos escrutados.

 

Una cruel realidad

Anoche ver cada uno de los bunkers y de cómo las mesas testigos avisaron tempranamente del triunfo de Passerini –que anoche Massa aplaudió y le dio méritos desde Duro de Domar (C5N)— era poner en contexto los rostros de “los mariscales de la derrota” de De Loredo, que desde su mensajes de odio, de pauperización de la sociedad, sin propuestas claras que beneficien a la sociedad y no que la menoscaben, dando por sentado un triunfo anticipadamente y centrando todas sus expectativas en las redes y en su comunidad de trolls pagos.

El frío atacó sobremanera en el bunker de De Loredo. Las caras lo dicen todo. (Foto: Cadena3).

Y los mismos son evidentes de cara a la sociedad: Horacio Rodríguez Larreta, que habla de “trabajar en paz, erradicando la violencia”. Sin embargo, apoya la represión de su coequiper Gerardo Morales en Jujuy contra su pueblo.

Patricia Bullrich: sin una propuesta seria y clara, de cara a la sociedad, sigue con su discurso de odio y sus trolls mostrando la foto del Presidente en Olivos en un cumpleaños –lo mismo hace Larreta— en los días de la pandemia, como si eso fuera lo importante del país. No habla de lo que van a hacer con Vaca Muerta, con el litio, con los humedales, con las universidades, con la Hidrovía, con el gas de Vaca Muerta, con el Polo Tecnológico de Bahía Blanca, con la inversión en las pymes, con los jubilados, etc.

Gerardo Morales: otro paladín del odio, porque lo que hace en Jujuy, a pesar de que ya abandonó el Gobierno de su provincia, está creído que su campaña de mentiras va a surgir efecto; y más en las redes sociales. Está sacando ingentes cantidades de dinero del erario jujeño para realizar su campaña, además de usar el avión sanitario que Jujuy tiene para situaciones de emergencias sanitarias.

Alfredo Cornejo: sigue despotricando contra el kirchnerismo y dice que “debe desaparecer” y que su lucha es por una “Argentina mejor”, cuando no se le ha visto presentar “un proyecto” en favor del país en el Congreso de la Nación.

Mario Negri: es uno de esos radicales, que vive hace más de 40 años del Estado nacional y, sin embargo, en sus discursos habla contra la gestión del Gobierno, si gracias a ello “está vivo” y puede repetir los cientos de miles de mentiras y ataques sobre el Peronismo. Tampoco sin proyecto de defensa del pueblo y territorio argentinos.

Todo ello la gente lo sabe y lo ve. Entonces, estos personajes deben hacerse cargo de la derrota de Rodrigo de Loredo, porque en vez de sumar, restan y ayer eso se vio claramente, cuando el mismo De Loredo fue contundente: “Los hice venir al pedo…”, hablando en el momento en que reconoció la victoria del Peronismo cordobés y cuando los gestos y miradas furibundas se cruzaban entre Larreta y Bullrich, mientras que Morales, Losteau y Petri, le escapaban a la foto de la derrota en Córdoba.