BUENOS AIRES (Especial para EL SOL ABC- Por César R. Trejo). Y los zánganos de algo tienen que vivir. Al no tener pergaminos académicos, se agarran de cualquier liana que los saque de la “selva de la pobreza”. Por eso, hay que detenerse en la historia de uno de ellos: Alejandro Fantino.
Bueno, el “rubio de TyC Sports”, en sus comienzos, abandonó sus estudios en un Liceo Militar de donde escapó y volvió con sus papis a un campo del norte de la provincia de Santa Fe. Luego de vivir en diferentes pensiones de las ciudades de Mendoza y Posadas (provincia de Misiones), en donde estudió Petroquímica y Genética respectivamente, carreras que también abandonó.
Luego llegó a Buenos Aires con 18 años de edad, donde trabajó como profesor de tenis y como empleado de un vivero de barrio. Con habilidad para los relatos deportivos, ingresó en la radio casi de casualidad en 1992 como relator de la campaña de Boca Juniors en Radio Mitre, en reemplazo de Héctor Caldiero, en el programa El show de Boca, en el que estuvo hasta noviembre de 2002. Luego, poco a poco, fue ganándose un lugar en el medio. O sea, este muchacho que jamás se recibió de nada. Hoy divorciado, tuvo que dividir sus bienes que amasó desde el 2002 a la fecha. O sea, en tan sólo 20 años:
* 1 casa en Tigre.
* 11 departamentos en CABA.
* Un campo en Santa Fe.
* 8 millones de dólares.
* Un piso en Chaco.
* 2 Autos, 1 motos de agua.
* Una quinta frente al río en Santa Fe.
* Un yate.
* Dinero bancarizado en EE.UU. en dólares, vaya a saber su procedencia (ahora lo sabemos).
De dónde sale todo ese dinero
Todo ese capital amasó un tipo al que se le tiene que explicar todo como a un nene de 5 años. Pero claro que todo no queda acá. Tras Fantino existen los Leuco, los Majul, los Santillán, los Canosa, los Lanata, los Etchecopar, los Ventura, los Morales Solá, los Viale, los Feinmann, los Wiñazki, los Pérez, los Alifano, los Sehinkman, los Bonelli, los Castro, los Pagni, los Rossi, los Pagni, que son los “perros de presa” contra el Peronismo. Pero nadie sabe, que estos sujetos admiradores del “rey dinero”, y que alguna vez soñaron con ocupar una de las habitaciones del palacio de Buckingham, como invitados por supuesto. O que los llamen, aunque más no sea como sirvientes o lacayos, acá en el país están en campaña permanente contra el Peronismo, en todas sus formas, porque no lo hacen “gratis”, sino que son “empleados a sueldo” de la embajada norteamericana. Y lo hacen mediante la intermediaria ideal que es la Cámara de Comercio de EE.UU. en la Argentina (AmCham), que es la que digita la publicidad en todos los medios del país. Principalmente en donde están estos amanuenses, que tienen asegurada una media mínima de 50 mil dólares de ingresos mensuales mediante publicidad para sus productoras de TV y radiales, o auspiciando sus “cartillas de noticias confidenciales”, como tienen Marcelo Bonelli, Jorge Lanata, Carlos Pagni y Joaquín Morales Solá. Todo ello viene además de los buenos sueldos, que cada empresa donde trabajan les paga. Así que saqué números. Y la mayoría juega con brokers para “especular en la Bolsa”. Allí puede entender cómo estos esbirros al servicio de EE.UU. la juegan de antiargentinos y que no los importa el país. Porque es gente de segunda mano, que nunca pudo alcanzar un título académico y despierta todas las mañanas cómo va a currar en contra del país.
Mientras que a Cristina todos los días le exigen el título
Mientras que, a la líder del Peronismo, le exigen todos los días que muestre el título. Y, además, a Cristina Fernández de Kirchner, 69 años, abogada con estudio jurídico, empresaria, dos veces presidenta de la República Argentina, fue diputada, senadora y referente política de toda la vida. Esposa de un ex intendente y gobernador varias veces reelecto y, por último, presidente de la Nación Argentina, no puede ser millonaria, según la sociedad… no? Obviamente la macrista…quiero que sepan que no estoy en contra, ya que, como abogado, docente entre otras cosas, tuve mucho. Ahora qué lindo es NO ser nada y juntarla en pala como Lanata, Longobardi, Canosa, Viale, Feinmann, Leucovich, entre otros.
Por ratos tengo ganas de pegarme un tiro en los testículos, al ver cómo estos enemigos, súper pagos, destrozan su país por los dólares que reciben de arribeño.
